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Maktub

Caratula de "Maktub" (2011) - Pantalla 90

Crítica:

Público recomendado: Familiar

Manolo es un hombre de cincuenta años con una vida acomodada pero bastante aburrida. Su matrimonio está a punto de hacer aguas por la dejadez y el hastío. Aunque quiere a sus hijos, no parece sentirse cómodo con ellos. Su trabajo le aburre y su vida no tiene sentido…

En este panorama se encuentra Manolo cuando, “fortuitamente”, conoce a Antonio, un chaval en plena adolescencia enfermo de cáncer. Lo que en principio comienza como una relación algo accidentada, acabará convirtiéndose en un auténtico revulsivo para la tibia vida del protagonista y su familia.

Interesante película del productor Paco Arango, quién se lanza en esta ocasión a la dirección. El guión también lo firma el propio Arango, lo que hace de ella un proyecto sumamente personal. Tan personal como que el director mejicano afincado en Madrid es el promotor de la Fundación Aladina que se encarga de ayudar a niños enfermos de cáncer y a sus familias. Con esta película recoge muchas de sus experiencias vividas en la fundación.

La película lejos de ser lacrimógena, ahonda sobre temas tan profundos como la muerte, el sentido del dolor, y la familia como elemento cohesionador. Entre el realismo mágico y la comedia romántica la película avanza con enorme positividad y apertura a la trascendencia. Esta trascendencia está recogida en varios de los personajes y en la continua presencia del libro de “El alquimista” de Paulo Coelho, a quién el director dedica uno de los momentos más discutibles de la cinta por su toque algo más empalagoso.

Los personajes se dejan querer y sorprender por la vitalidad del niño protagonista, quién a pesar de su enfermedad, da continuas lecciones de coraje y positividad.

El acercamiento al tema de la muerte es, sin duda alguna, lo mejor de la película. Existen acercamientos a ella en películas españolas como “Vivir para siempre” de Gustavo Ron o “Mi vida sin mi” de Isabel Coixet, pero ninguna de ellas con tanta frescura y sentido de la trascendencia como en esta película.

Como en “La vida es bella” el director intenta decir al espectador que la vida llena de amor merece la pena de ser vivida con todo su color y su fuerza a pesar de las dificultades y los sinsabores. Lo intenta y lo consigue. Uno sale de “Maktub” con una sonrisa en el alma. Y eso en estos tiempos es un auténtico milagro o “maktub” como diría Paco Arango.

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