20.000 días en la tierra 
Público recomendado: Adultos
Un día ficticio en la vida de Nick Cave, después de haber alcanzado ya los 20.000. O un enorme monólogo, aunque venga salpicado de diálogos. Esta es la cara y la cruz del documental. Muy lento, aburrido, y falto de tensión dramática. Y no es que no sea interesante lo que nos cuentan. Al revés, encontramos temas en teoría apasionantes, como el proceso creativo, la fuerza transformadora de la música en directo, la ambigüedad de la relación de Nick Cave con las drogas y la religión, la importancia de la figura paterna…
Pero no hay fuerza. ¿Por qué, si la trayectoria de Nick Cave y sus letras se han caracterizado por desgarro, desamor, heridas…? Los guionistas –opción más que legítima– se han centrado en una visión íntima, apacible, tranquila, del artista, y han rechazado –opción tan legítima como la anterior pero insatisfactoria, a la postre– servirse de imágenes de archivo, por ejemplo, de sus muchos conciertos; lo hacen con un rácano cuentagotas que sólo escancia unas pocas. ¡Pasa sed y disfruta, espectador!
Por otra parte, la reflexión se agota pronto en sí misma. En un compositor que escribe unas letras tan vigorosas como Cave echamos de menos que, hablando del proceso creativo, del mundo secundario de un escritor, apenas hable nada de literatura, ni de las influencias recibidas, lo que nos podía haber enganchado algo; carece de otros asideros a la realidad, como sí hemos visto en otros documentales, como Anvil: el sueño de una banda (Sacha Gervasi, 2008), en el que la familia es un elemento fundamental en la intrahistoria de la banda; Marley (Kevin MacDonald, 2012) que explora una compleja vida de una densidad artística, religiosa y política arrolladora o George Harrison: Living in the material World (Martin Scorsese, 2010), donde encontramos una búsqueda de sentido religioso de la existencia. En 20.000 días, el proceso creativo carece de otros referentes o ramificaciones, lo que la hace especialmente fría.
Alguna aparición estelar como la de la diva Kelie Minogue aportan luz y glamour al retrato, pero el ritmo no cambia… El documental sólo enseña la verdadera garra de un artista de rock al final, cerrando con un gran plano final que refuerza esta sensación de creatividad aislada o abstracta.
Pablo Gutiérrez Carreras
Ficha técnica:
(20.000 days on earth, Gran Bretaña, 2014)
Dirección: Iain Forsyth & Jane Pollard
Guion: Iain Forsyth & Jane Pollard, Nick Cave
Duración: 97 min.
Género: documental