Camino de la cruz 
Público recomendado: Adultos
De Alemania nos llega una película en la que su director, Dietrich Brüggemann, hace cuentas con el tradicionalismo lefevriano de sus padres.
Y es que el film trata de una familia, seguidora del tradicionalismo, cuya hija María (Lea van Acken), quiere seguir el camino de la ascesis para ser una discípula ejemplar y poder presentarse ante Dios limpia de pecado. En su vida se van a reproducir, de forma analógica, las catorce estaciones del Vía Crucis; cada una presentada en un solo plano, casi siempre inmóvil; incluso la última panorámica vertical ascendente puede sugerir el decimoquinto paso, el de la Resurrección.
María es una adolescente que se caracteriza por su inocencia y la pureza de su corazón. Es la intolerancia religiosa de su madre la que le hace vivir como problemas insalvables cosas normales de la vida, como la amistad o la música, y que la van a conducir por caminos de autodestrucción. La película es crítica con el tradicionalismo, aunque salva al personaje de la protagonista, como una víctima. Aunque la película deja claro que estos tradicionalistas han roto con la iglesia católica, algunos pueden entenderla película como una reflexión sobre la religión en general. El fundamentalismo proponen un tipo de fe que en vez de abrir al mundo, protege de él; que en vez de descubrir la Gracia por doquier, sólo descubre pecado; una fe cristalizada en normas restrictivas y asfixiantes.
Juan Orellana
Ficha técnica:
Director: Dietrich Brüggemann
Intérpretes: Lea van Acken, Franziska Weisz, Florian Stetter, Ramin Yazdani, Hanns Zischler, Birge Schade.
Guion: Dietrich y Anna Brüggemann.
Género: Drama
Duración: 107 min.