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La gran seducción

La gran seducción buena-muy buena

Público recomendado: Adultos

Por cuestiones de supervivencia y orgullo sano y, aunque el fin no justifica los medios, los habitantes del pueblo canadiense de Tickel Cove persiguen el objetivo de seguir insuflando vida al lugar donde han nacido, crecido y amado. Esta peripecia es la que nos narra en clave de comedia el actor y director Don McKellar (La última noche, Blue…) en La gran seducción.

 

 

Hartos de vivir y trampear de los subsidios del gobierno, los cerca de 150 pobladores del enclave costero, que habían vivido siempre de la pesca y ven que no hay salida para su oficio, quieren sentirse útiles ante ellos mismos, por lo que persiguen traer trabajo al lugar mediante la instalación en su pueblo de una planta de reciclado de productos petroquímicos. Pero el empeño comunitario solo será una realidad si cumplen la legislación: traer un médico al pueblo y que se quede con ellos.

Fue la marcha a la ciudad de su mujer para trabajar, lo que catapultó a Murray (Brendan Gleeson: Braveheart, Harry Potter, Troya, Gangs of New York…) a ponerse al frente de la iniciativa y mover a sus conciudadanos para conseguir un galeno y, cuando éste llega, idear un plan mayúsculo para que decida quedarse. El doctor Lewis (Taylor Kitsch: X Men, John Carter, Savages…) queda boquiabierto cuando, desde el barco en el que le trae Murray, ve gente jugando a su deporte preferido, el cricket, en el acantilado de Tickel Cove. Esto, encontrarse recurrentemente dinero en el embarcadero o degustar su comida preferida en el único restaurante, va cambiando su penosa imagen inicial del pueblo y va seduciendo su espíritu a sopesar que ha encontrado su lugar en el mundo.

El filme, basado en el guión de Ken Scott para la película La grande séduction (2003), cuenta con momentos de la mejor comedia en sus diálogos chispeantes, una interpretación convincente de secundarios y protagonistas, en la que destaca el irlandés Blendan Gleeson, y una apuesta por abordar comunitariamente los problemas que aquejan a cualquier grupo humano que comparte circunstancias similares.

El espacio donde tienen lugar las reuniones grupales es la iglesia, utilizada para aprobar la estrategia común en la que colaborará casi todo el mundo, salvo Kathleen (Liane Balaban: Es lo mismo que ver, Los nuevos inquilinos…), la funcionaría del lugar, a la que intentan infructuosamente emparejar con el doctor. Fuera de acoger las recurrentes reuniones, el templo incumple en todo momento las funciones para las que fue creado: los servicios religiosos y la alabanza a Dios.

Este desapego por ningunear el componente religioso –máxime cuando se utiliza su espacio- de la vivencia cotidiana de la comunidad es uno de los lunares de esta comedia, atornillada a la realidad, que respira optimismo y compromiso social por todos sus poros y que apuesta por reivindicar el protagonismo de los individuos, unidos para mejorar sus condiciones de vida sin depender del Estado y todavía sensibles a reconocer también que el fin no justifica los medios.

Enrique Chuvieco

 

Ficha técnica:

The grand seduction.

Canadá. Año: 2014

Dirección: Don McKellar.

Interpretación: Brendan Gleeson (Murray), Taylor Kitsch (Dr. Lewis), Liane Balaban (Kathleen), Gordon Pinsent (Simon), Rhonda Rodgers (Samantha).

Duración: 113 min.

Género: Comedia.

 

 

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