Corazones de acero 
Público recomendado: Jóvenes y Adultos
En los últimos 15 años, tanto como director (Sabotage, Sin tregua, Dueños de la calle, Vidas al límite) como guionista (Sabotage, Sin tregua, Vidas al límite S.W.A.T.: Los hombres de Harrelson, Dark Blue, Día de entrenamiento, A todo gas, U-571), David Ayer se especializado en los thrillers de acción protagonizados por varios tipos duros y armados que combaten la amenaza asignada a cada título.
En el caso de Corazones de Acero, en la que Ayer desarrolla sus dos facetas profesionales, la cinta se ambienta en la II Guerra Mundial. Un grupo de militares norteamericanos atraviesan la Alemania nazi a bordo de un tanque Sherman (llamado Fury, como el título original de la película) en los últimos días de la contienda. Tal y como espeta el sargento “Wardaddy” (Brad Pitt), es un momento en el que “la guerra está ganada, pero todavía hay que matar a mucha gente” y los tanques de los aliados se enfrentan a los alemanes que, aún conocedores de su derrota, atacan ferozmente con unos carros blindados ostensiblemente superiores a los de los yanquis.
Además de Brad Pitt, el elenco principal es completado por soldados ya veteranos en la contienda: Boyd, el inteligente y espiritual (Shia LaBeouf ); Grady, el (más) bruto (Jon Bernthal); Trini, el soldado latino que representa a las minorías étnicas de EE.UU. (Michael Peña ). Por último, se incorpora Norman (Logan Lerman), el novato que sólo ha trabajado en la guerra como taquígrafo y está a punto de descubrir la oscuridad y los horrores de trasladarse a primera línea. Es la mirada de Lerman la que conduce al espectador por el mundo salvaje y cruento de las guerras en las que la que el bien y el mal están difuminados. No obstante, la cinta no deja de estar narrada claramente a través de la perspectiva de un bando determinado y edulcora un tanto las atrocidades que los soldados aliados cometían en las ciudades que invadían, por ejemplo, con una secuencia en la que Pitt y Lerman tratan con una turbadora amabilidad a dos mujeres atemorizadas que se escondían en su apartamento y en la que el resto de compañeros son retratados como los abusadores a los que el comandante controla.
En cuanto a las escenas de acción y combate, el experimentado Ayer, consigue una perfecta coreografía de la lucha entre tanques norteamericanos y alemanes. Por otro lado, Corazones de acero repite el realismo y supera la brutalidad –que no la excelente profundidad- de la célebre Salvar al soldado Ryan (Steven Spielberg, 1998) en lo que a la representación de las muertes en los combates se refiere. Con frecuencia aparecen en primer plano trozos de personas que salpican la cámara.
Dado que se trata de una película de acción los roles de los tripulantes del Fury, son arquetípicos y las acciones (más allá de las batallas) y diálogos que los definen están contados. La carga dramática de la que adolece es contrarrestrada, no obstante, por la excelente interpretación de los actores y porque, a pesar de las limitaciones que un tanque conlleva desde punto de vista narrativo, este espacio cerrado les convierte en su zona de seguridad, un bunker en el que son dependientes unos de otros y en el que, ante el peligro constante e inminente, desvelan su lado más humano. En este sentido, si bien Corazones de acero no supone un hito para el género, sí funciona y logra emocionar transmitiendo de nuevo algo que ya sabemos y que la cinematografía bélica más reciente suele resaltar: que la guerra es un infierno en el que las víctimas son tanto vencedores como vencidos.
Larissa I. López
Ficha técnica:
Título original: Fury
País: Estados Unidos
Año: 2014
Género: Bélico. Drama. Acción
Duración: 128 min.
Dirección y guion: David Ayer
Reparto: Brad Pitt, Logan Lerman, Shia LaBeouf, Jon Bernthal, Michael Peña, Xavier Samuel, Scott Eastwood, Jonathan Bailey, Branko Tomovic.