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Ex Machina

Caratula de "Ex_Machina" (2015) - Pantalla 90

Crítica:

Público recomendado: Adultos

El salto a la dirección del hasta ahora novelista y guionista británico Alex Garland no ha podido ser más interesante. Garland se dio a conocer internacionalmente cuando su novela La playa, fue llevada al cine por Danny Boyle, director de Trainspotting y Slumdog Millionaire, en una película, dicho sea de paso, bastante desigual.

Sin embargo, pese a las pintorescas críticas que generó aquella colaboración, Boyle y Garland debieron hacer migas porque Garland le escribiría a Boyle los guiones de 28 días después y Shunshine.

Ahora, para su puesta de largo como director, Alex Garland se ha procurado una historia original partiendo de una premisa del matemático, también inglés, Alan Turing. Todo queda en casa. El brillante científico, conocido como el padre de la inteligencia artificial (al que hace poco le puso rostro Benedict Cumberbatch en The Imitation Game) resumió la cuestión de si una máquina podría llegar a pensar como un hombre en un conocido test, según el cual, si un mecanismo se comporta de una forma inteligente es que la evidencia se impone y no queda más remedio que admitir que en efecto estamos ante una entidad inteligente, aunque lo que tengamos delante sea una máquina. Bajo este punto de partida, un joven trabajador de una gigantesca empresa de alta tecnología pasará unos días en la muy aséptica casa de su jefe supremo para poner a prueba el citado test de Turing con una bellísima robot humanoide.

Conviene, de entrada, alertar a los aficionados al cine de ciencia ficción. Aquellos que adoren La guerra de las galaxias y no salgan de ahí que se queden en casa, los que se quedaran con ganas de más cuando vieron Moon, ya están tardando en ir a ver Ex_Machina. La película de Alex Garland es minimalista en su forma y en su fondo en contraposición con al arduo trabajo de guión y dirección de actores que sobrelleva el film de forma admirable.

Ex_Machina, que habría entusiasmado a Isaac Asimov, aguanta sus 107 minutos de metraje de una manera envidiable con prácticamente tres personajes y un único escenario. Como se ha dicho por ahí, Ex_Machina es una película de cámara, un film de ciencia ficción con, aparentemente pocos recursos y sí mucha inventiva o por lo menos, entidad, peso específico, chicha. El film de Garland invita a la reflexión jugando con elementos bien reconocibles por poco que uno haya visto determinadas películas de ciencia ficción o haya leído puntuales obras del género. Por Ex_Machina se pasean con toda comodidad y sin ningún tipo de incompatibilidad películas (y también algunos libros) como 2001. Una odisea en el espacio, Blade Runner, Moon o Her y tal vez por esto, el resultado final, aún siendo sensiblemente diferente, sigue dejando un palpable regusto a lugares comunes. Cocinada a fuego lento, Ex_Machina tampoco titubea a la hora de echar mano de la filosofía o del sexo en cuya cuestión, dicho sea de paso, cargan quizá demasiado las tintas, pero vale la pena acercarse a ella y darle una oportunidad porque no todos los días se estrenan películas como esta.

 

 

 

 

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