Crítica:

Público recomendado: Jóvenes

Una película israelí titulada «Policía en Israel» parecería abocada a ser un thriller sobre terrorismo. Sin embargo, Nadav Lapid (Tel Aviv, 1975) ha rodado un largometraje excepcional que plantea el drama humano de un superhéroe con un trasfondo de crítica social que encontramos habitualmente en los directores más jóvenes de Israel.

El argumento gira en torno a Yaron, miembro de una unidad antiterrorista de élite, que debe afrontar dos situaciones. Por un lado, una investigación abierta por la muerte de civiles palestinos durante una operación. Por otro, un secuestro con rehenes a manos de una organización de ultraizquierda que quiere implantar un nuevo orden social a través del terrorismo. No incurriré en el pecado de lesa cinematografía que es el “spoiler”. Baste señalar que ninguna de las dos tramas discurren como usted quizás se imagine. En realidad, a través de ellas, vemos cómo el aparente superhéroe –padre perfecto, marido perfecto, compañero perfecto- se va despojando de su fuerza y termina desgarrado por los conflictos que se le presentan. La línea entre el bien y el mal se va desdibujando a medida que los acontecimientos van desbordando al personaje y, de algún modo, lo desnudan.

Tal vez, las convenciones del thriller no parecerían muy adecuadas para plantear las tensiones de un drama. Aquí vemos terroristas, escuchamos el estallido de las granadas, vemos los equipos operativos desplegados pero, en realidad, la película trata de otra cosa. Yiftach Klein da vida a un héroe narcisista que se va dejando girones de orgullo, autosuficiencia y seguridad a medida que se despliega la trama. Dejamos de ver a un superpolicía y empezamos a ver al ser humano con sus contradicciones, sus miserias y su palpitante finitud.

En realidad, este enfoque no es original –es muy posmoderno- pero su tratamiento cinematográfico sí lo es. A ratos, la película recuerda a “Hatufim”, el original israelí de la serie “Homeland”, que muestra a las personas que se esconden tras las máscaras de los personajes de la lucha contra el terrorismo. El director arroja una mirada provocadora sobre el terrorismo como deshumanizador no solo de los terroristas sino también de quienes combaten contra ellos. Hay algo de “Zero Dark Thirty” (Bigelow, 2012) en este largometraje que no les dejará indiferentes.

No se la pierdan.