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Samba

Caratula de "Samba" (2014) - Pantalla 90

Crítica:

Público Adecuado: Adultos

Tras el éxito rotundo e inesperado de la genial “Intocable” los directores Olivier Nakache y Eric Toledano presentan su nueva película, con el también Omar Sy como protagonista, este actor negro lleno de carisma que nos ha tocado el corazón y al que es imposible mirar sin una media sonrisa.

Pero Samba no es Intocable. Si bien la anterior era una historia real de un tetrapléjico y su cuidador contado como una comedia, en esta ocasión hay un claro predominio del  tono dramático, aunque no faltan las escenas y diálogos desternillantes.

Samba es un inmigrante senegalés que vive en París. Lleva años intentando conseguir los papeles, y mientras, trabaja en todo lo que le ofrecen; de peón, de limpiacristales o de guarda jurado. Acude frecuentemente a un centro de inmigrantes para regularizar su situación, y ahí entabla cierta relación con una asistente social, una mujer que tiene debilidad por él. Alice está muy perdida en la vida, en fase de recuperación del puro agotamiento psíquico y el estrés que le produce su trabajo.

El guión adapta la historia de la novela Samba para Francia, de la cineasta Delphine Coulin, que narra más ampliamente el proceso desde que los africanos dejan su país de origen hasta el tipo de relación que entablan con los asistentes sociales, en ese delicado equilibrio de ayudar sin implicarte emocionalmente, entre el trabajo y la vida personal.

La inmigración es el tema principal: los trabajos a los que se ven abocados, alguna persecución policial, documentos de identidad falsos, tratando de construir unas vidas al margen de la legalidad. El otro tema es la crisis en que encuentran a los países supuestamente avanzados, una crisis en las personas y en las instituciones, con la telaraña burocrática tantas veces absurda. Todo ello con un tratamiento que rezuma humanidad, con errores, arrepentimientos, aprendizajes, ilusiones y esperanzas.

El dúo que dirige mantiene no obstante lo mismos ingredientes que en Intocable: El actor carismático (Omar Sy) y el actor consagrado en Francia, en este caso Charlotte Gainsbourg; una historia tierna, choque entre opuestos, amor, humor y sentimentalismo.

Por ponerla alguna pega, el ritmo es algo irregular, y pese al nombre Samba, el protagonista no baila salvo en una escena en el centro comercial cerrado. Imperdonable, porque además la música está muy cuidada e invita a la acción.

En resumen, una delicia de película, dura pero amable, brillante en sus diálogos e interpretaciones, con una historia de denuncia social y al mismo tiempo, con grandes dosis de humor, para ver, disfrutar y recordar.

 

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