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Sicarivs

Caratula de "El ataque de las vampiras (La mujer vampiro)" (1973) - Pantalla 90

Crítica:

Público recomendado: Adultos

Guionista de una par de títulos sin demasiada importancia (La semana que viene (sin falta) y Como estrellas fugaces), Javier Muñoz se ha revelado como un interesante escritor con tensión y lo que es más importante, como un cineasta con pulso y sentido del ritmo. Su ópera prima, Sicarivs. La noche y el silencio, es un título mejorable, pero dignísimo para lo que en España se entiende por film noir y que nada tiene que envidiar a determinadas (y laureadas) propuestas de otras cinematografías.

Sicarivs nos cuenta la historia de un asesino a sueldo que una noche decide no matar a su objetivo. Craso error. Porque como apunta uno de los personajes del film, “este trabajo solo tiene una regla, si no haces el trabajo estás muerto”. Ya se pueden imaginar. Es verdad que el punto de partida, en sí mismo, no rebosa demasiada originalidad pero, no es menos cierto que, Sicarivs esconde los suficientes giros de guión a lo largo de sus noventa minutos de metraje como para mantener ocupado al público durante ese tiempo. Pero sobre todo, aunque el film de Muñoz goce de un guión bastante sólido, su libreto no llega a los extremos de firmeza de su puesta en escena y de su dominio del tiempo y el espacio fílmico. De hecho, Sicarivs a veces parece demasiado “dirigida”, demasiado pensada. Es lo que Gonzalo de Lucas llamó directores “demasiado directores”. No digo que sea una peculiaridad buena ni mala, sencillamente está ahí y esto es algo que gusta y disgusta a partes iguales.

En cualquier caso lo cierto es que Sicarivs sin hacer demasiado ruido pero con notable astucia, diluye a lo largo de su trama verdaderas clases de montaje y de puesta en escena. Es un filme perfecto para enseñar cómo se deben hacer las cosas en cine sin que se note demasiado lo que se está haciendo. Se nota que Muñoz sabe lo qué quería y, lo más importante, que sabe cómo lo quería.

La película se beneficia además de una notable interpretación de Víctor Clavijo cuya presencia y resonancia (porque su voz en off está presente durante casi todo el metraje) llevan todo el peso de una película complicada pero audaz. Sicarvs, que no pretende ser un título demasiado realista, flirtea con los tópicos y no se anda con remilgos cuando le toca el turno al sexo y la violencia. No es una película para niños, entre otras cosas, porque no la entenderían.

Por otro lado, aunque Sicarivs coquetea con lo manido y sus personajes nadan en un vacío casi total de moral,  no es menos cierto que el largometraje es un film noir de lo mejor que se ha visto en nuestras fronteras y que, sobre todo, avanza la figura de Javier Muñoz como un cineasta a tener en cuenta. Otra cosa es que no le hagamos mucho caso a los guiones que firma por separado.

 

 

 

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