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El lado bueno de las cosas

El lado bueno de las cosas

Público recomendado: Jóvenes y Adultos

Pat Jr. Solitano (Bradley Cooper) es un ex profesor que enloqueció y protagonizó un incidente violento después de sorprender a su esposa Nikki (Brea Bee) en la ducha con otro hombre. Como parte de un acuerdo con el juez del caso, Pat ha pasado ocho meses en un psiquiátrico. Su madre (Jacki Weaver) decide llevarlo a casa, aunque no está del todo claro que él esté listo: Pat sigue presentando problemas de control de impulsos y no está siempre dispuesto a tomar su medicación. Por el contrario, sí está absolutamente decidido a recuperar su vida y a su esposa, lo cual implica mantener un pensamiento positivo, mucho ejercicio físico, leer los libros que Nikki manda a sus alumnos y cumplir con la orden de restricción que le prohíbe ponerse en contacto con ella.

Pronto el protagonista conoce a la cuñada de su mejor amigo, Tiffany (Jennifer Lawrence), una joven viuda con sus propios problemas psicológicos. Previsiblemente, los dos descubren rápidamente que tienen mucho en común y comienza a gestarse una amistad en la que tan pronto se entienden perfectamente como se gritan y amenazan el uno al otro.

Paralelamente, Pat Sr. (Robert de Niro) presenta una preocupante obsesión con los Eagles de Philadelphia y con recuperar la relación con su problemático hijo, a quien considera un amuleto de buena suerte. Esta subtrama del guión se percibe durante los dos primeros tercios de la película como una algo molesta distracción de la principal entre Pat y Tiffany, que han encontrado la mejor terapia ayudándose mutuamente: Tiffany entregará una carta a Nikki si Pat ensaya con ella para un concurso de baile.

Como sus personajes, la cinta es volátil, presenta altibajos. No es hasta la última parte de El lado bueno de las cosas cuando ambas tramas parecen enlazarse y la película funciona. Afortunadamente, Jennifer Lawrence (Los juegos del hambre) mantiene a flote la cinta durante los dos primeros tercios de la misma, con una interpretación que puede considerarse lo más atractivo de la película. Bradley Cooper, por su parte, conocido por sus papeles en comedias descaradas como Resacón en las Vegas y sus secuelas, ofrece una evolución de su personaje bastante creíble al final de la misma. Las nominaciones de estos dos actores en boga están justificadas, pero lo cierto es que a pesar de su eficacia el total de ocho nominaciones se percibe algo exagerado.

A través de los diálogos y las acciones de los personajes, la película hace reflexionar sobre la delgada línea que separa la locura de la cordura. Al mismo tiempo, se revelan muchos de los prejuicios e ideas falsas vigentes en torno a las enfermedades mentales,  las cuales se han de superar para tratar a las personas que las padecen con respeto y comprensión. Incluso entre los personajes enfermos se demuestra que uno puede concebirse a sí mismo como socialmente aceptable y considerar que el resto de personas con trastornos no son más que unos desequilibrados.

Cierto es que la de Pat y Tiffany es la historia de otras dos personas que buscan a alguien que los comprenda y los ame de verdad. No obstante, el estilo  cinematográfico del director y guionista David O. Russel (The Fighter, Extrañas coincidencias) infunde una imprevisibilidad que es perfectamente adecuada para una disfuncional comedia romántica (y dramática) que implica la enfermedad mental. Así, envuelto por el halo de “locura” de sus personajes -no sólo de los protagonistas- y por el drama que les ha tocado vivir, el final optimista y previsible de El lado bueno de las cosas resulta convencionalmente fresco y nada edulcorado 

Larissa I. López

 

Ficha técnica:

(Silver Linings Playbook.USA, 2012)

Dirección: David O. Russell

Interpretación: Bradley Cooper (Pat), Jennifer Lawrence            (Tiffany), Robert De Niro (Pat Sr.), Jacki Weaver (Dolores)

Duración: 122 min.

Género: Comedia Romántica. Drama

 

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