Le Seguían Llamando Trinidad
A Trinidad y a su hermano “el niño” no les sale nada bien hasta el punto de que, cuando van a atracar una diligencia, nadie lleva dinero. El azar hace que se encuentren en su camino a una chica, que
A Trinidad y a su hermano “el niño” no les sale nada bien hasta el punto de que, cuando van a atracar una diligencia, nadie lleva dinero. El azar hace que se encuentren en su camino a una chica, que
Después de atravesar medio desierto, Trinidad, un tipo muy diestro con el revólver, descubre que su hermano mayor, otro granuja como él, es ahora el sheriff de un pequeño pueblo. Como no tiene nada urgente que hacer, decide quedarse a
La relación que hay entre los hermanos Travis y Moses se podría tildar de gélida, ya que nunca han hecho buenas migas y llevan mucho tiempo sin saber nada el uno del otro. Por suerte o por desgracia, el destino
El rubio y flaco Slim y el gordo y barbudo Tom se reúnen en un poblado africano donde Tom tiene montada una curiosa agencia de turismo, para la que gracias a la colaboración de Slim consigue comprar un autobús. Aunque
Alan (Terence Hill), un sempiterno apostador en las carreras de caballos, ha de escapar de la persecución de la banda de Frisco Joe, a quien ha birlado quince mil dólares que perdió… al equivocarse de caballo ganador. En su huida,
Salud y Plata son dos pilotos de avión que operan sobre la selva amazónica y que son capaces de hacer casi cualquier cosa por el precio adecuado. Un hombre de negocios les paga este precio para que se deshagan de
Greg Wonder y Elliot Vance no tienen nada en común. Los dos viven muy lejos el uno del otro, pero a los dos les ofrecen al mismo tiempo, un trabajo secreto y muy bien pagado por una anónima organización. En
Kid y Ben, amigos pero rivales, participan en una carrera de coches cuyo premio es un estupendo “dune-buggy”, un minibólido rojo con capota amarilla. Después de innumerables peripecias, Kid y Ben llegan juntos a la meta, por lo que el
El nuevo Virrey de las colonias de América, gracias a sus crueles métodos, fletará un galeón rumbo a España con el más inmenso botín jamás imaginado por corsario alguno. Tan atractivo es el cargamento que una serie de piratas intentarán
Banana Joe, un hombre que vive en una isla paradisíaca sin ningún tipo de actividad comercial, llega con su barco a un puerto, donde le dicen que para utilizar el barco necesita un permiso especial. Joe va a la ciudad