Crítica
Público recomendado: +16
Dopesick: Historia de una adicción es una miniserie de Hulu (en España puede verse en la plataforma Disney+) que describe la gran epidemia de opio causada por el fármaco OxyContin (oxicodona en español) en Estados Unidos.
Los 8 episodios que la conforman están basados en el libro de la periodista Beth Macy, que relata cómo Purdue Pharma, empresa farmacéutica fabricante del opiáceo, fomentó una creciente aceptación del uso de Oxycontin entre la comunidad médica. Todo ello justificado por su falso argumento de que se trataba de un analgésico “menos adictivo”, de manera que menos del 1% de los pacientes se volverían adictos a él.
De este modo, los doctores comenzaron a recetar una sustancia “milagrosa” que en realidad es altamente adictiva y Purdue, propiedad de la acaudalada familia Sackler, ganó miles de millones de dólares a costa de destruir la vida de los pacientes y de sus allegados. Desde finales de los 90 y hasta el primer lustro del siglo XXI, la adicción al Oxy hizo estragos en la vida de familias y comunidades estadounidenses enteras, generándose una crisis cuyas consecuencias aún se perciben hoy.
Los principales protagonistas de Dopesick… son el médico de familia de una localidad minera de Virginia, Samuel Finnix (Keaton); el representante de ventas de Purdue (Will Poulter) que le convence para recetar la consabida sustancia; una de sus pacientes, Betsy Mallum (Kaitlyn Dever), joven minera que se vuelve adicta tras tomar la droga para aliviar una lesión de espalda; el clan de los multimillonarios Sackler; así como la agente de la DEA Bridget Meyer (Rosario Dawson) y dos fiscales de EE.UU. (Peter Sarsgaard y John Hoogenakker) que intentan poner en pie el caso contra Purdue Pharma y frenar la epidemia de los opiáceos en el país.
Cuando Finnix comienza a prescribir Oxycontin en su pueblo, rápidamente, al igual que ocurrió en el resto del país, la sustancia invade la comunidad: los pacientes engañan a sus médicos para abastecerse y acaban abocados a la heroína cuando no lo consiguen; los adolescentes sufren sobredosis al usarla para esnifar en el tiempo de ocio; las farmacias sufren robos por parte de los adictos; las víctimas mortales se suceden… En mitad de todo ello, los vendedores del opiáceo presionan a los médicos para que sigan recetando el fármaco y duplican la cantidad de la dosis, al mismo tiempo que culpan de todos los males a los adictos y no a la “medicina”.
De este modo, el show consigue exponer progresivamente el enorme impacto que generó el consumo de Oxycontin. La rápida distribución de la droga y el crecimiento de la adicción entre la población está unido al ascenso de las estrategias de marketing y el éxito económico de los accionistas de Purdue Pharma.
No obstante, uno de los mayores desaciertos de Dopesick… desde el punto de vista narrativo, es el abuso de los saltos temporales por varias líneas de tiempo. En algunos casos, esta técnica, bastante habitual hoy en día, sirve para enfatizar los puntos que el guion pretende destacar sobre la devastación de los opiáceos; pero, en otros, enturbia la narración y la convierte en confusa. Es difícil para el espectador averiguar en qué momento se encuentra la trama y ordenar todo en la cabeza.
Dada la cantidad de información aportada, una narración más lineal podría haber funcionado mejor. En este sentido, a veces también puede percibirse que la exposición de datos y detalles es excesiva, al mismo tiempo que da la sensación de que hay demasiado que descubrir, tantos males que desvelar y desgracias que relatar, lo cual dificulta el enfoque.
Las interpretaciones, por su parte, resultan desiguales, mientras algunos, como Keaton, Dever, e incluso Sarsgaard y Hoogenakker, a pesar del poco tiempo en pantalla, protagonizan algunas de las secuencias más importantes y brillan; otros personajes como el de Dawson, el de Poulter o el de Michael Stuhlbarg como Richard Sackler quedan bastante desdibujados y desaprovechados.
Aunque no es una serie de terror, al estar basada en una historia real en la que las víctimas no son meras estadísticas y los villanos son personas cercanas e influyentes en nuestra sociedad que toman decisiones deliberadamente nocivas y mortales para sus iguales, Dopesick… resulta difícil de ver en algunos pasajes.
Asimismo, a pesar de sus fallos, desde luego, es una propuesta que refleja una cuestión que nos obliga a mirar y reflexionar sobre una verdad incómoda: el pacto entre la gran industria farmacéutica y las autoridades demuestra que están dispuestos a destruir su propia sociedad a través de la mentira y por el mero beneficio económico.
Larissa I. López
https://www.youtube.com/watch?v=c2bqWV9FWwY&ab_channel=Star%2BLatinoam%C3%A9rica
Larissa I. López es licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Sevilla, Máster en Artes de la Comunicación Corporativa y Doctora en Comunicación por la Universidad CEU San Pablo de Madrid. Su trayectoria profesional ha transcurrido entre el ámbito de la comunicación y el de la docencia. Ha colaborado en diversos medios especializados en cine. Actualmente es redactora en la edición española de la agencia de noticias zenit.