Crítica
Público recomendado: +16
El director Rodrigo García nos presenta 4 días, una película sobre la adicción a las drogas que gira en torno a la pregunta sobre si es posible salir o no de ese mundo tan peligroso y destructivo. Las protagonistas de esta historia son Glenn Close, como Deb, la madre coraje que una vez más da la vida por la recuperación de su hija, y Mila Kunis, como Molly, la hija drogadicta cuya vida es una ruina sinsentido atrapada en el mundo de la droga. El relato de García se basa en un artículo del The Washington Post que trata sobre la relación de una madre con su hija exdrogradicta. Otra película más que se suma, sin decir nada nuevo, a la larga lista del cine sobre adicciones —28 días (Thomas, 2000), Réquiem por un sueño (Aronofsky, 2000) o la reciente El regreso de Ben (Hedges, 2018)—, que narra el descenso a los infiernos que supone la drogadicción y sus intentos de recuperación.
Molly es una joven adulta que ha destrozado su vida debido a la adicción a las drogas. Pero ¿cómo y por qué acaba la protagonista convirtiéndose en adicta? El inicio de este mal se encuentra en una lesión de rodilla con diecisiete años, el tratamiento con opioides le engancha a las drogas. Desde el inicio de su adicción, no volverá a encontrar consuelo para su aburrimiento si no es con el consumo de sustancias como la heroína, metadona o crack, entre otras tantas, que le evaden de la realidad. Deb es la madre, fuerte e inteligente, que sufre por su hija y que ya no sabe qué más hacer por ella después de haber vivido numerosos intentos de desintoxicación. Una madre que luchará lo que haga falta por recuperar la dignidad de la vida de su hija, aunque parezca que haya momentos en los que pase del amor al odio. La trama se concentra en los cuatro días, de ahí el título de la película, que Molly tiene que superar sin consumir ninguna sustancia adictiva para poder empezar un nuevo tratamiento a base de un antagonista opioide y su madre será el apoyo necesario para evitar una recaída.
Si algo salva la película es la actuación de Close y Kunis. Las dos actrices hacen todo lo posible por llegar al espectador, tanto es así que nos encontramos con una Mila Kunis totalmente desmejorada en su físico para conseguir meterse en el papel que le toca interpretar. Entre una y otra consiguen crear un ambiente de intimidad que se transmite al espectador. Si bien la historia no es nada original, las actuaciones salvan lo que podría ser un telefilme cualquiera de domingo por la tarde en el sofá.