Crítica

Público recomendado: +13

Dirigida por el actor Ben Affleck, nos llega la historia del nacimiento de Michael Jordan, como uno de los mejores jugadores de baloncesto de la historia. Por un lado, la familia Jordan, con una magistral Viola Davis encarnando a la madre de Michael, y, por otro lado, Matt Damon, la empresa Nike y su evolución en el sector de las zapatillas de deporte. Una película redonda, con un guion muy sólido, una dirección impecable y un gran reparto, conforman uno de los mejores estrenos del año. Seguramente, Air será nominada a varias candidaturas al Oscar. Es bueno recordar que Ben Affleck ya ganó el Óscar a mejor director y mejor película por Argo (2012); y a mejor guion por la memorable El indomable Will Hunting (1997).

La película está ambientada a mediados de los años 80. La apertura de los primeros minutos es un gran trabajo de montaje: un arranque cargado de nostalgia y una gran selección de canciones de la época; recordando series como El Coche fantástico o El Equipo A. La estructura de la película es sencilla, casi hasta demasiado, aunque su director sabe tocar las teclas en el momento adecuado, para mantener el ritmo y la emoción de una interesante historia. Todo pivota, usando términos del baloncesto, en torno al personaje de Matt Damon: una especie de ojeador de talento que trabaja para Nike, con la intención de asesorarles sobre qué jugador tiene mejor proyección para invertir dinero en él. Muy valioso el “ojo fino” que muestra el personaje de Damon, pues con pocos indicios descubre, antes que muchos, el talento de un joven jugador, que pronto se convertiría en el más grande jugador del mundo. Muy potente el discurso sobre “la eternidad”, que Damon da a los Jordan; al mismo nivel de la frase que la madre de Michael dice: “de vez en cuando nace alguien lo suficientemente extraordinario para cambiar las cosas”. Sorprende y se agradece las referencias sobre “lo eterno” y la explicitud en guion de que nadie quiere ser olvidado, ni desaparecer para siempre.

Desde un punto de vista visual, la película destaca por una propuesta clásica y ágil con interesantes momentos: como el uso del cambio de foco y contra plano, en una increíble conversación en la barra de un bar; o una planificación en donde nunca se termina viendo a Michael Jordan; y siempre estás atento a otra cosa que ocurre. En ese sentido, los personajes están creados con inteligencia y hondura; se detecta el ambiente laboral y el trabajo en equipo y, al mismo tiempo, las dificultades humanas que cada uno puede llevar a cuestas. Y es ahí donde los creadores de Air logran algo universal y también memorable: el narrar la historia de Michael Jordan con la empresa Nike, el sueño americano y el deseo profundo del corazón: ese que clama y anhela lo eterno, aunque se convierta en el slogan para comprar unas zapatillas de deporte. Como dice el propio Matt Damon, la historia de su hijo Michael va a hacer que nos entren a todos ganas de volar.

En cuanto al reparto, sobresalen Matt Damon y Viola Davis, que capitanean un elenco fabuloso donde nadie tiene desperdicio; ya se intuyen nominaciones artísticas. Una banda sonora eficaz, capaz de elevar a este drama deportivo, que logra entretener con inteligencia y astucia. En definitiva, un producto más que notable que consigue a través de una historia inspirada en hechos reales, devolvernos la esperanza y la ilusión, tanto en el cine reciente como en el ser humano, con su anhelo de eternidad. No se la pierdan.

Carlos Aguilera Albesa