Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors

Alcanzando tu sueño

Caratula de "" () - Pantalla 90

Crítica

Público recomendado: Jóvenes

Violet (Elle Fanning) es una adolescente que sueña en convertirse en una estrella del pop y se apunta a un concurso televisivo. Y poco más. La temática está tan trillada que no funciona sin otros ingredientes. Hace ya veinte años que leía a un compositor de rock que daba consejos a los que querían abrirse paso en ese mundo. Les hablada de la necesidad de escribir sus propias canciones, y les daba dos consejos esenciales: uno, lo primero es “tener algo que decir”; lo segundo es evitar escribir sobre las ganas que tiene un chico joven de un pueblo de triunfar con su música en la gran ciudad. Claro, eso fue novedoso con el Johnny B. Goode de Chuck Berry, en 1955; pero ya no se puede componer sobre eso.

Por eso, Alcanzando tu sueño ha llegado muy tarde.

Violet procede de una familia polaca; vive con su madre en la isla de Wight (icónico lugar del rock) entre los animales de la granja, el coro de la Iglesia, el instituto y un trabajo de fin de semana para ayudar a su madre a sostener la casa. Ante Violet todo son obstáculos para participar en el concurso de talentos y tan solo un viejo con pinta de borracho cree en ella, y hará lo posible por ayudarla. Las subtramas son pocas, esquemáticas, carentes de fuerza. Violet tiene la herida del abandono de su padre, el borracho tiene una historia musical a sus espaldas y del mundo de la industria musical, o de los concursos televisivos, apenas vemos más que fragmentos carentes de sentido.

La fotografía de esta primera parte es excesivamente oscura, como si soñar con ser una estrella del pop equivaliese a que la vida ordinaria es meramente gris. Solo en un determinado momento, llegarán los planos luminosos, cuando Violet se va abriendo camino, para concluir en más planos oscuros de discotecas y escenarios de galas televisivas.

Con estos mimbres tan pobres hay que tener mucho que decir para que la película salga bien. No ha sido así. Faltan elementos. Muy recientemente se ha estrenado Wild Rose (Tom Harper), sobre una joven de Glasgow que quiere triunfar en Nashville, la meca de la música Country. Wild Rose acertó porque utilizó con inteligencia y valentía el enfoque de los costes de la fama y del éxito: ¿compensa arruinar la propia familia por perseguir un sueño? Yesterday (Danny Boyle) nos entregó varias perlas, entre otras enseñarnos a apreciar la música de los Beatles como si fuera la primera vez; Sing Street (John Carney, 2016) funcionó porque tocar en una banda del instituto era algo más que buscar la fama: era un modo de salir del montón, una herramienta de crítica social y de posicionamiento. Otras películas, aunque quizá menos satisfactorias, han logrado un acabado más redondo por tener más cosas que decir: la trilogía Dando la nota no dejó de superarse en coreografías y arreglos vocales; la española El pregón (Dani de la Orden, 2016) juntó humor grueso con algo de sal fina y de revival del cine español de los 50; I can only imagine es una historia de sanación y de perdón que forjó una canción con un éxito descomunal, y así podríamos seguir.

A pesar de las buenas maneras a las que apunta Max Minghella en esta cinta, su ópera prima, la película no sale redonda. Algo parecido le pasó a la recientemente estrenada La banda (Roberto Bueso, 2019), donde las subtramas, aunque bien planteadas, carecían de fuerza. La presencia de Elle Fanning, que ha reunido todos los requisitos que requería el personaje creado por Minghella, no ha sido suficiente, aunque su interpretación es excelente. Su único lastre es que, por muy bien que cante, que lo hace, no se hace creíble su lucha en los concursos. Un concurso requiere una voz asombrosa y Fanning, aun cantando bien, no es de las grandes.

Las canciones elegidas por Minghella, de artistas ya consagrados, son poderosas y encajan bien en el avance de la trama, especialmente Dancin on my own, pero no hacen despegar a la historia.

Con todos estos elementos tenemos un plato digno, bien presentado, pero incapaz de asemejarse a algunos platos más gourmet que los musicales nos vienen dejando estos últimos años.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad