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Aliados

Caratula de "Aliados"

Crítica:

Público recomendado: Adultos

Durante más de treinta años el nombre de Robert Zemeckis ha ido asociado al de Regreso al futuro (1985) y años después al de Forrest Gump (1994).

Entre medias, un conejo de dibujos animados llamado Roger Rabbit terminó de vincular su nombre al de uno de los narradores más astutos a la hora de integrar efectos especiales en sus películas de modo que casi parecen un proceso lógico y natural. Largometrajes de animación casi experimentales como Polar Express (2004), Beowulf (2007) o Cuento de Navidad (2009) fueron la cima de ese empeño (y su fracaso) por aunar de forma perfecta historia y efectos especiales y aunque pueda parecer contradictorio Aliados (2016), así como Contact (1997), Lo que la verdad esconde (2000), Naufrago (2000), El vuelo (2012) o El desafío (2015) siempre han ido por el mismo camino.
Esto no quita, no obstante que la habilidad de Zemeckis logre que apenas nos percatemos de la mayoría de los más de seiscientos efectos digitales que pueblan Aliados. Esto, que puede parecer una nimiedad, es en realidad muy complicado. Otra cuestión es que el conjunto funcione y que el equilibrio entre drama humano y efectos especiales sea el adecuado y que nada solape a nada.
Aliados nos sitúa en la II Guerra Mundial y lo hace desde una ubicación radicalmente cinematográfica, la ciudad marroquí de Casablanca donde transcurría el mítico clásico del mismo título de 1942 dirigido por Michael Curtiz. Ignoro si este punto de partida ya estaba en el guion de Steven Knight o si fue una propuesta que surgió a posteriori pero lo cierto es que un arranque como el de Aliados tiene mucho sentido habida cuenta de lo que se propone el film.
El propio Zemeckis han admitido que su intención era hacer una película como las de antes con la tecnología actual de modo que no debería resulta extraño que Aliados rezume cierto aroma a cine clásicos o al menos, a cierto empeño por parecerse a los clásicos aunque nunca llegue a lograrlo del todo. Porque lo que en realidad diferencia a Aliados de por ejemplo, Casablanca, no es en realidad la tecnología, sino un director, unos actores y un guion al servicio de una historia bien contada.
Por separado hay cosas en Aliados que sí funcionan. Brad Pitt y Marion Cotillard encajan muy bien independientemente de lo que pasara entre plano y plano (se rumoreó que Pitt y Cotillard intimaron más de la cuenta y que esto provocó su divorcio con Angelina Jolie), Zemeckis también demuestra que es un estupendo narrador y formalmente Aliados es una película impecable.
Ahora bien, esta historia de espías y pasiones en mitad de la contienda que más veces ha sido llevada al cine está completamente falta de emoción o de alma. Se aprecia un empeño por parte de sus responsables por contar un drama humano pero falta la chispa que hace que una simple largometraje se convierta en un clásico.

 

 

 

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