Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors

Annabelle: Creation

Caratula de ""

Crítica:

Público recomendado: Adultos

Empecemos por el principio. Annabelle: Creation da mucho miedo. Enhorabuena, los amantes del género nos podemos dar por satisfechos. Sobre todo si tenemos en cuenta lo mala que fue su predecesora. Con Annabelle ha ocurrido algo  como con Ouija (2014) y Ouija: El origen del mal (2016), que la segunda es mucho mejor que la primera.

Como es bien sabido, Annabelle: Creation es la precuela de Annabelle que a su vez era un spin-off de Expediente Warren. El centro neurálgico de todo esto se encuentra en el director de origen australiano pero de ascendencia malaya, James Wan. El realizador, que debe tener una mente ciertamente retorcida, es el padre y creador de Saw, aunque sus mejores películas vendrían después cuando rodó Silencio desde el mal, Insidious o Expediente Warren. Fue esta última la que armó el belén. Con un modesto presupuesto de poco más de 20 millones de dólares el film recaudó más de trescientos millones en todo el mundo y además la crítica se rindió a sus pies.

Warner, a la que no todos sus negocios le salen bien (ahí están las últimas películas de Batman y Superman) vio en Expediente Warren una forma fácil y barata de hacer dinero. Era cuestión de estirar a los personajes y las situaciones, la muñeca de Expediente Warren, una secuela de la propia Expediente Warren, la monja de de Expediente Warren. El caso Enfield, etc, etc…

Sin embargo, hasta el momento al menos, todo lo que había surgido de este “universo Warren” habían sido decepciones en mayor o menor medida. El caso Enfield, aunque dirigida por Wan, está a años luz de la cinta original y Annabelle resultó ser una película realmente mala. Tal vez, algo tuvo que ver que aquel film viniera firmado por John R. Leonetti, esbirro acreditado como director de fotografía en las películas de Wan (entre otras muchas).

Sin embargo, en Annabelle 2 las cosas han cambiado sensiblemente y de un iluminador hemos pasado a un narrador. Puede que David F. Sandberg no sea el mejor director del mundo, tampoco ha gozado de demasiadas oportunidades de momento, pero su ópera prima, Nunca apagues la luz supuso un entretenimiento de género como mínimo estimulante.

De este modo, Annabelle: Creation funciona de maravilla como película de terror aunque, se pongan como se pongan sus defensores, le sobran de quince a veinte minutos para quedarse en una pequeña perla verdaderamente ejemplar.

La historia de cómo surge la maldad de la muñeca Annabelle está bien planteada y también resuelta, aunque se dilate demasiado en su tramo final. Atención al guiño a La monja, cuyo estreno está previsto para el año que viene y sobre todo, a la verdadera muñeca Anabel, que aparece hacia el final de la cinta y que resulta mucho menos inquietante que la protagonista de trapo y porcelana del film que nos ocupa.

Por lo demás Annabelle: Creation funciona además de suponer una nueva aproximación a ese limbo entre la vida terrena y lo divino, un espacio intermedio en el que Dios no parece tener que decir demasiado y que Wan y sus acólitos visitan con frecuencia. Donde la nada habita ahí se pueden colar los demonios sobre todo si unos los invoca. Esa parecer ser la lección de Annabelle: Creation.

 

 

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad