Crítica
Público adecuado: todos
Estreno en plataformas
La crisis del coronavirus ha provocado que algunas películas que se iban a estrenar en salas hayan acabado en plataformas de streaming. Por lo general, este paso indica que la productora no tenía las esperanzas demasiado altas en cuanto a la taquilla del producto en cuestión. Después de ver Artemis Fowl, se puede entender la decisión de Disney de estrenarla de forma más discreta en su plataforma doméstica, y muy seguramente se han ahorrado un bochorno mayor.
Artemis Fowl es un joven prodigio, hijo de un excéntrico millonario viudo que le ha transmitido su creencia en un mundo de hadas y duendes paralelo al nuestro. Cuando su padre es secuestrado, Artemis tendrá que vencer sus reticencias iniciales y afrontar la realidad del mundo mágico, al que necesitará recurrir para triunfar en su rescate.
Las grandes productoras de Hollywood siempre andan detrás de encontrar la nueva franquicia infantil/juvenil que se convierta en un fenómeno masivo y les permita estrenar un taquillazo cada dos años. El próximo Harry Potter, el próximo Crepúsculo, el próximo Los Juegos del hambre… Las novelas de Artemis Fowl, creadas por el escritor irlandés Eoin Colfer, parecían cumplir con los requisitos: una mezcla de fantasía tradicional basada en el folklore irlandés, historias detectivescas, tecnología… un protagonista pre-adolescente, un mundo fantástico por diseñar…
Disney apostó fuerte por la primera adaptación, reuniendo a grandes nombres tanto detrás de la cámara (el director Kenneth Brannagh) como delante de ella (Colin Farrell, Judi Dench, Josh Gad…). Sin embargo, el resultado queda muy por debajo de las expectativas. En lugar de buscar crear algo con personalidad propia, da la sensación de que un comité de ejecutivos ha determinado los ingredientes que darían forma a la propuesta: una suerte de mezcolanza extraña entre la saga Harry Potter, las películas del universo Marvel (no olvidemos que el mismo Brannagh ya dirigió Thor), y la trilogía de Men in Black. Todo en Artemis Fowl es un dejá vu constante, es un refrito constante de referencias genéricas sin atisbo de ingenio o personalidad.
Es sin duda una decepción, dado que Kenneth Brannagh es un director con mucho talento, e incluso cuando hace cine comercial de encargo (como la citada Thor, su versión de La Cenicienta o su película de la saga Jack Ryan) siempre aporta ideas interesantes y soluciones formales elegantes. Nada de eso se ve en Artemis Fowl, que es sin duda su peor película, totalmente impropia de él.
La narración avanza a trompicones, presentando a toda prisa personajes, mundos y situaciones que quizás requerirían más desarrollo, si bien es cierto que dado el escaso atino de sus autores, se agradece que al menos la duración ronde los 90 minutos.
Los hachazos de montaje no consiguen ocultar, tristemente, el nulo carisma del joven protagonista, la cara de cheque de Judi Dench, los efectos especiales de baratillo que parecen hechos en 2003, el errático tono que no consigue hacer la película ni lo suficientemente disparatada para ser divertida, ni lo suficientemente tensa para hacerla intrigante. Todo se va disolviendo en un batiburrillo que el espectador espera olvidar lo antes posible. Es posible que a algunos de los más pequeños de la casa les valga para entretenerse un rato, pero cuesta creer que vaya a calar en ellos lo suficiente como para demandar una continuación de las aventuras de este niño prodigio tan poco interesante.