Crítica:

Público recomendado: Familiar

Aarman, uno de los más importantes estudios británicos de animación, creadores de personajes como Wallace y Grommit y de películas como Evasión en la granja, abandona momentáneamente el claymation (stop motion con plastilina), y en unión con Sony Picture Animation (Monster House y Lluvia de albóndigas) nos ofrecen su primera cinta bajo la técnica de animación por ordenador 3 D, Arthur Christmas: operación regalo.

Una película navideña para toda la familia: divertida, ingeniosa y tierna.

Nochebuena. Base central de Santa Claus, en el Polo norte. Desarrollo de la operación regalo: la misteriosa misión de repartir presentes a todos los niños del mundo en una sola noche. Todo parece haber ido a la perfección salvo que, por accidente, un paquete destinado a una niña se ha quedado en las instalaciones polares. Arthur, el hijo menor de Santa, es el único consciente del alcance de esta incidencia para la destinataria. Por eso, junto a su abuelo y la singular elfa Byrony, Arthur emprenderá la aventura de llevar a su destino el tan ansiado juguete y preservar así la ilusión de la pequeña.

Este film constituye el primer largometraje de Sara Smith, quien ha trabajado durante años como productora y directora de contenidos animados y de acción real para la televisión. El resultado son secuencias bien rodadas, ritmo cargado de acción y un alto cuidado del detalle para crear un mundo estilizado y singular. El diseño de los personajes en el que el árbol de navidad está siempre presente es realmente atractivo. La animación es fantástica y el conjunto es realmente brillante, como la secuencia inicial de la historia.

La propia Smith firma junto a Peter Baynham (Borat, Bruno) un guión que destaca por su alta dosis de imaginación, un humor que ciertamente es para toda la familia, mediante ingeniosos gags físicos y verbales, a lo que se suma la humanidad de los personajes, especialmente del protagonista. Además, representar a Santa Claus como un hombre de familia constituye otro acierto del guión, que permite retratar en los Claus un mosaico de caracteres, cuyas relaciones son un factor de reconocimiento e identificación para el espectador.

La película lanza un alegato por el trabajo bien hecho, en el que no se pierda de vista el valor de la persona, debido al deslumbramiento que puedan producir los sofisticados medios de los que se dispone para realizar la tarea. Al fin y al cabo, son las personas las destinatarias finales de todo cuanto hacemos. Asimismo, se aboga por el trabajo en equipo, en donde se aproveche el valor de la experiencia de cada uno de los miembros del grupo, así como los aspectos más útiles de lo artesanal y de la alta tecnología.

A este respecto, algunos han querido ver la exaltación del trabajo artesanal como una ironía, al considerar el salto del stop motion al 3D que Aarmand ha experimentado. Pero más allá de estas apreciaciones, no se puede perder de vista el trabajo ingente de toda producción cinematográfica, así como los casi cuatro años que el equipo de creativos ha dedicado al desarrollo y realización de esta historia. Una metodología muy Pixariana por cierto.

Como no podía ser de otra manera en un film que se desarrolla en el marco de la Navidad, la ilusión y la fantasía infantil adquiere una relevancia especial, así como la necesidad de preservarla. Arthur Christmas: operación regalo es sin duda una muy buena opción para el entretenimiento familiar al comienzo de las fiestas.