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Bajo amenaza

Caratula de "Bajo amenaza" (2011) - Pantalla 90

Crítica:

Público recomendado: Adultos

Joel Schumacher, director de películas como El cliente, Última llamada y El fantasma de la ópera, entre otras, dirige este thriller poco original protagonizado por Nicolas Cage y Nicole Kidman a los que ya había dirigido antes en Asesinato en 8mm y Batman forever  respectivamente. Ninguno de los tres pasa por el mejor momento de sus exitosas carreras.

Bajo amenaza cuenta la historia de una familia de clase alta formado por Kyle (Nicolas Cage) y Sarah Miller (Nicole Kidman) y su hija Avery (Liana Liberato), que ve cómo una banda de atracadores disfrazados de policías asalta su casa de lujo. Lo que parecía que iba a ser un asalto rápido y fácil se va complicando y se convierte en un largo secuestro en el que descubriremos los problemas de sus personajes y los secretos que guardan. La película trata un tema muy parecido a la reciente Secuestrados, de producción española.

La experiencia del director queda demostrada en su habilidad para la puesta en escena y en una dirección, en general, lucida, pero el problema de la película reside en un guión algo pobre. Todo suena a ya visto y uno no llega a empatizar totalmente con los personajes, que se desarrollan muy superficialmente. Tampoco llegamos a sentir la tensión que supondría una situación como la relatada en la película. Además, en algunos momentos, da la impresión de que no sabemos hacia dónde va la historia y parece que se pretende estirar sin mucho sentido. En todo caso el conjunto resulta entretenido y la presencia de una actriz como Nicole Kidman hace que un personaje  con muchos fallos como el suyo resulte más aceptable.

Como datos positivos la película hace un elogio de la fidelidad matrimonial y en general la familia como institución sale bien parada, aunque ése no sea uno de los mensajes principales del film. También se critica de alguna forma la ambición desmedida que nos lleva a vivir muchas veces por encima de nuestras posibilidades. Se hace mención varias veces del problema que ha supuesto para el matrimonio de Kyle y Sarah el haber comprado una casa de lujo que difícilmente pueden pagar. Todos estos temas interesantes se tocan de forma tangencial y hubiese sido interesante que la película hubiese profundizado más en ello.  Hay que recalcar también que la película, como es lógico en un film de este género y por su temática, contiene bastantes escenas violentas que pueden resultar desagradables a los espectadores más sensibles.

En definitiva, es una película que asume su condición de película de género que no pretende más que entretener a espectadores sin muchas pretensiones que no deseen más que pasar una tarde sin pensar demasiado.

Ezequiel de Diego

 

 

 

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