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Blancanieves y leyenda del cazador

Blancanieves y leyenda del cazador

Público recomendado: Jóvenes 

Tras el estreno hace pocos meses de Blancanieves (Mirror Mirror) de Tarsem Signh, nos llega esta nueva adaptación del cuento de los hermanos Grimm, Blancanieves y la leyenda del cazador, una versión que supera en mucho a su predecesora. Con una ambientación más oscura e imágenes espectaculares, que recuerdan a producciones tan diversas como la trilogía de El señor de los anillos (Peter Jackson, 2001-2003) o La princesa Mononoke (Hayo Miyazaki,1997), ofrece una perspectiva épica del relato, al que dota de una mayor complejidad. 

La reina Ravenna, tras el asesinato de su marido, el rey Magnus, confina a la hija de éste en lo alto de una torre. Pasados los años, Blancanieves, la joven princesa, consigue escapar, adentrándose en el bosque encantado, un peligroso y desconocido territorio del reino. Pero Ravenna necesita el corazón de Blancanieves para ser inmortal, por lo que debe acudir al único que conoce bien este sitio, Eric, el cazador. Un giro inesperado dará inicio a la historia, cuando llegado el momento de entregar a la chica, Eric se da cuenta de que está del lado equivocado y decide no entregar a Blancanieves, sino conducirla hasta los guerreros que luchan en contra de Ravenna, con el fin de que recupere el trono que le pertenece de manera legítima. 

Prometedor debut cinematográfico del reconocido realizador publicitario, Rupert Sanders. Su estilo denota la búsqueda de imágenes poderosas, en las que se aprecia su experiencia en el terreno de los anuncios, así como la combinación creativa de elementos de diversa índole y procedencia. El apartado visual del film es realmente atractivo. Sin embargo, hay aspectos mejorables en la cinta. 

En primer lugar, el ritmo de la historia resulta un tanto irregular sin afectar demasiado el interés del espectador: las escenas más sosegadas se alargan restando cierta fuerza a la narración, aunque las batallas y las persecuciones consiguen recuperar el vigor relato. En esa misma línea, se puede afirmar que la duración de la película se habría podido acortar sin perjudicar el contenido. Por otra parte, la dirección de actores se queda un poco corta en algunos momentos. La actuación de Charlize Theron, pese a su alta calidad, ofrece algunas escenas en las que sobreactúa, mientras que Kristen Stewart resulta un tanto inexpresiva, en ocasiones de especial intensidad o de complicidad con sus coprotagonistas masculinos, lo que resta brillo a su composición del personaje de Blancanieves. La actriz es perfecta para dar el tipo de mujer frágil y dulce, pero como guerrera, hace lo que puede y, en mi opinión, le falta un punto de bravura y convicción. No obstante, esto no desmerita el resultado final, pues, en general, se trata de una obra muy digna y con un reparto de reconocidas estrellas, que aportan un alto nivel  a la interpretación de los personajes. En esta línea, hay que hacer mención especial de los actores británicos que encarnan a los enanos, entre los que podemos mencionar, como muestra, a Bob Hoskin y Toby Jones. 

En lo que se refiere a la historia propiamente dicha, hace algunos meses, me quejaba en este mismo medio de que las adaptaciones de los cuentos de hadas tendían a potenciar a la protagonista femenina en detrimento de los coprotagonistas masculinos. Por fortuna, esto no ocurre en Blancanieves y la leyenda del cazador. Su guion, que firma el debutante Evan Daugerthy, junto a veteranos como John Lee Hancock (The Blind Side) y Hossein Amini (Drive), al margen de algún detalle poco creíble, constituye una historia que tiene como principal acierto adoptar el modelo del viaje de forja del héroe y el dotar de entidad a los conflictos de la historia. Así, los personajes adquieren tridemensionalidad, poseen motivaciones creíbles y poderosas. En consecuencia, la trama gana en complejidad. 

La caracterización de Blancanieves, con el permiso de los admiradores de Hayao Miyazaki entre los que me cuento, aspira al tipo de heroína miyazakiana, en el que se combina de manera armónica, la fuerza física y moral del guerrero con la dulzura que se atribuye a las mujeres. No digo que esto se haya conseguido al nivel del director nipón en esta cinta. Lo que sí pretendo subrayar es una clara intensión de lograr una protagonista que equilibre los rasgos de su referente con la incorporación de rasgos novedoso que la realcen y, que en este caso, combinan el valor y la ternura que otros no han sabido conciliar por exceso o por defecto. Por cierto, que yo sepa, es la primera vez que se ofrece una Blancanieves abiertamente cristiana, ya no solo por sus valores, sino porque reza*. Un rasgo que no indica una postura concreta de la historia hacia la religión, pero que sí conforma una de las virtudes y valores que animan al personaje. 

En suma, Blancanieves y la leyenda del cazador es una película entretenida en la que los jóvenes encontrarán acción, fantasía, imágenes sorprendente junto a los valores del cuento original, en el que queda claro que toda acción malintesionada tiene una consecuencia nefasta para quien la realiza, que el bien de los demás es algo por lo que merece la pena luchar, aunque esto implique grandes sacrificios y que  la verdadera belleza está en el interior.

 Ana María Pérez-Guerrero 

*Rectificación: debo corregir esta afirmación, puesto que, como me ha hecho recordar un buen amigo, experto en animación, Blancanieves de Disney también reza y hace rezar a los enanitos.

Ana María Pérez-Guerrero

 

Ficha técnica:

(Snow White and the Huntsman, Estados Unidos, 2012)

Dirección: Rupert Sanders

Interpretación: Kristen Stewart, Charlize Theron, Chris Hemsworth, Ray Winstone,

Ian McShane, Bob Hoskins, Toby Jones, Lily ColeEddie Marsan, Sam Clafin

Duración: 127min.

Género: Aventuras

 

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