Crítica
Público recomendado: +18
Blondi es el debut en la dirección de la actriz y guionista argentina Dolores Fonzi. Ella misma protagoniza esta cinta interpretando a Blondi, una mujer en la treintena o cuarentena que se quedó estancada en los 20. Fue madre a los 15 años y su hijo Mirko (Toto Rovito) es ahora su mejor amigo; está muy apegada a él.
Algunos resaltan la intención de la película de retratar una maternidad y feminidad alternativas con un estilo naturalista, pero incluso dentro de estos parámetros, la narrativa resulta errante y carente de un desarrollo coherente del personaje principal. Asimismo, Blondi intenta abordar asuntos complejos como la dependencia y la identidad que merecerían una exploración más enfocada y congruente.
Fonzi encarna a una mujer bohemia, abierta y original, una madre amiga que fuma porros con su hijo, el anti prototipo de la figura materna que (al menos) sí ha logrado transmitirle cariño. No obstante, fruto de lo señalado anteriormente, lo que finalmente se descubre es a una persona ególatra, tan empeñada en ser distinta que no deja surgir sus verdaderos sentimientos y que parece que ni siquiera ha luchado por dar estabilidad a su vástago en muchos sentidos.
A pesar de criarse con este referente y en un ambiente claramente disfuncional, Mirko es un chaval bastante maduro y responsable, un artista que desea obtener una beca para trasladarse a estudiar a España. Este hecho es algo que oculta a su madre porque es consciente de que ella le necesita y se sentiría abandonada. Este será el principal conflicto dramático de la película: que una madre tan peculiar como Blondi acepte que es el momento de dejar ir a su mayor apoyo. Se trata de un trance entre madres e hijos que ha sido representado con mayor eficacia en Viaje al cuarto de una madre (Celia Rico, 2018) o Lady Bird (Greta Gerwig, 2017).
Por otra parte, es cierto que la química y el cariño entre los personajes es un rasgo palpable que sostiene todo el metraje (además de Blondi y Mirko están Martina -Carla Peterson-, hermana de Blondi, y Pepa -Rita Cortese-, madre de la protagonista); y que existen momentos genuinos de calidez y humor que aportan frescura a la cinta. La banda sonora es otro punto fuerte, con una selección musical que complementa satisfactoriamente las emociones que aparecen en pantalla y que enriquece la atmósfera general de la propuesta.
Además, esta ópera prima logra momentos de verdadera emoción cuando la fachada de la protagonista se desmorona, mostrando su vulnerabilidad y sus verdaderos sentimientos. Es una lástima que esto ocurra al final del metraje, cuando el interés se ha perdido en las anodinas subtramas de otros personajes (la huida a una secta de Martina y el viaje de Mirko y Blondi para recogerla, sobre todo).
En definitiva, Blondi parece no lograr una conexión genuina con el espectador, quedando en una representación forzada y unidimensional. Falla también en su intento de ser una comedia de la vida bohemia que celebra la individualidad, convirtiéndose en una experiencia insustancial con la que es difícil identificarse.
Larissa I. López
https://www.youtube.com/watch?v=YhTVvYtyAXo&ab_channel=KarmaFilms