Crítica:
Público recomendado: Todos
Bob Esponja y sus torpes amigotes viven felices en el arrecife Fondo de Bikini, la ciudad subacuática dominada por el mítico restaurante El Cangrejo Crujiente.
Hasta que un malvado y solitario pirata roba un libro mágico, a través del que va oscureciendo el futuro del idílico lugar. Tras solventar como pueden una violenta revolución, Bob Esponja y sus amigos deciden tomar las riendas de su destino, y emprenden un peligroso viaje, incluso fuera del agua, con el objetivo de recuperar el libro y devolverlo a su sitio.
En 1999, el artista, animador y biólogo marino Stephen Hillenburg creó ‘Bob Esponja’ como serie de animación de bajo presupuesto para el canal televisivo Nickelodeon. Y, desde entonces, ha ganado numerosos premios, y muchos niños y adultos de todo el mundo han disfrutado y disfrutan con las surrealistas andanzas marinas del incombustible y vitalista invertebrado. Algo bueno tendrá, pero yo no lo pillo. Al igual que en la serie y en su anterior aventura fílmica, ‘Bob Esponja, la película’ —realizada íntegramente en animación tradicional 2D—, en este nuevo largometraje, el guion me resulta aburrido, bobo y sin gracia, y la animación me parece mediocre, aunque esta vez ofrezca un 20% en 3D estereoscópico. Antonio Banderas se esfuerza, y logra que las secuencias de acción real sean mínimamente divertidas. Pero no salva un producto infantil de muy baja calidad técnica, y bastante confuso en sus planteamientos de fondo.