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Brave

Brave

Público recomendado: Todos 

Llega a nuestras pantallas el trabajo más reciente de Pixar, Brave, la primera película de este estudio protagonizada por una princesa. El proyecto tuvo algunos problemas en su producción, que impidieron que se convirtiera también en la primera cinta del estudio dirigida por una mujer, cuando se relegó a su directora original, Brenda Chapman (El rey león, El príncipe de Egipto), al puesto de codirectora, en favor de Mark  Andrews (El hombre orquesta, John Carter). Y es que Brave es una pieza atípica dentro de la filmografía de Pixar, que si bien no es lo mejor que han hecho hasta ahora, resulta una historia que deja buenas sensaciones y que desmiente, de algún modo, los inexplicables rumores sobre una posible pereza creativa en las instalaciones de Emeryville. Una injusta campaña, que los creativos de esta empresa han tenido que soportar, cuando nadie apunta a los que no suelen innovar en sus lanzamientos ni en lo técnico ni en lo narrativo. 

Mérida es la princesa adolescente de un reino de Escocia. Su mayor pasión es cabalgar por el bosque y practicar con su arco y flecha el tiro al blanco. Una afición alimentada por su padre, el rey Fergus. Sin embargo, las obligaciones propias de su condición real son cada vez más urgentes, por lo que su madre, la reina Elinor, intenta corregirla para hacer de ella una heredera idónea. Sin embargo, los desencuentros entre  ambas llegan a un punto en el que la comunicación entre madre e hija parece romperse. Mérida, al verse abocada a un destino que no desea, recurre a una salida desesperada, cuyas consecuencias resultan tan imprevistas como difíciles de solucionar. 

Firman la película los ya citados, Mark Andrews y Brenda Chapman, junto a Steve Purcell, quien ha realizado distintos trabajos de animación en Pixar, y que se dedica actualmente  a asuntos relacionados con videojuegos. La puesta en escena es brillante, planos generales y panorámicas nos regalan impresionantes paisajes. La imponencia de los osos es captada cada vez que intervienen en la historia, llegando a tener una imagen amenazadora en las escenas de más acción. De hecho, creo que los niños más pequeños podrían llegar a asustarse bastante, en una de las primeras apariciones de estos animales. El acabado de texturas como telas, pelo y piel revelan una evolución más que notable en la técnica diseñada en el estudio. Mención especial merece la animación de la reina Elinor, después de su transformación. Una vez más, los artistas de Pixar demuestran que es posible que un personaje animado por ordenador pueda comunicar ideas y sentimientos sin necesidad de palabras. Asimismo, Patrick Doyle (El origen del planeta de los simios, Thor), a cargo de la banda sonora, realiza un excelente trabajo, que nos transporta al mundo mágico del relato. 

En lo que concierne al guion, encontramos aspectos no tan pixarianos que, sobre todo, al comienzo de la historia desorientan un poco, respecto a lo que los directores de este estudio nos tienen acostumbrados. De  hecho, la primera  parte del film no resulta tan redondo como el de otras producciones de la casa, a lo que se suma la inclusión de un pasaje musical y la presentación de una heroína, que nos retrotrae de manera equivoca a producciones de animación de comienzos de la década de los noventa. Y no es de extrañar, en el guion de Brave intervienen Brenda Chapman (El rey león, El prícipe de Egipto), autora de la idea original, e Irene Mecchi (El rey león, El jorobado de Notre Dame, Hércules), guionistas de películas emblemáticas de ese período.

Pero decir que Brave es un film de princesas sin más no sería correcto. En efecto, tenemos una princesa rebelde que no se quiere casar, como tantas otras. Sin embargo el verdadero interés de esta historia se centra en explorar la relación entre una madre y su hija, una perspectiva que no se había realizado hasta ahora en el cine de animación, puesto que este tipo de narraciones se ha desarrollado en el marco de familias monoparentales, y los conflictos que estas protagonistas tenían con sus progenitores, se relacionaban con sus padres. Recordemos como ejemplo, La sirenita o Aladdín. Además, las actitudes de Mérida son las típicas de una joven adolescente y los conflictos que mantiene con su madre son fácilmente identificables, especialmente entre el sector femenino de la audiencia. No obstante, la película tiene el suficiente interés como para ser disfrutada por todos los público. Aunque a este respecto, hay que decir, que es una de esa poquísimas veces que un guion de Pixar, no trabaja en profundidad los personajes secundarios, que en este caso, ofrecen alivios cómicos para los niños, como los trillizos, hermanos de Mérida, y guiños a los adultos, como las alusiones a Macintosh.

Pese a una trama sencilla, cuya premisa reside en el valor necesario para cambiar el propio destino, el desarrollo de la historia, subraya la importancia de la responsabilidad en el ejercicio de la libertad, la generosidad y el diálogo, lo que la convierte en  un film, cuyo entretenimiento va más  de  la simple acumulación de gags tan frecuentes en el cine familiar más comercial. Por cierto, advierto de  que hay una escena al final de los crédito, para aquellos que  deseen verla. 

Ana María Pérez-Guerrero

 

Ficha técnica:

(Brave, E.E.U.U., 2012)

Dirección: Mark Andrews, Brenda Chapman y Steve Purcell

Interpretación:  Kelly McDonald (Mérida), Emma Thompson (Reina Elinor)

Billy Connolly (rey Fergus)

Duración: 100 min.

Género: fantasía y aventuras

 

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