Crítica

Público recomendado: +13

Siempre que nos topamos con una película mediocre, donde el guion flojea y todo se compensa con efectos especiales, es bueno tratar de encontrar algo bueno. Lo primero es decir que esta película es un intento frustrado de adaptar el famoso anime japonés de Caballeros del Zodíaco a imagen real; adaptación que no hace ningún esfuerzo en ser fiel al manga original y toma un camino más moderno (y occidentalizado), que no solo no convence, sino que el resultado es pobre y desestructurado. Y, en segundo lugar, se introducen conceptos tan delicados como la “reencarnación” y la concepción de los dioses como seres mitológicos que amenazan la vida y la paz del planeta.

Caballeros del Zodíaco (Saint Seiya en su versión original), es una serie de manga japonés escrita e ilustrada por Masami Kurumada. Un autor que normalmente incluye diferentes culturas, leyendas y mitologías en sus relatos. En este caso, nos cuenta la historia de un grupo de jóvenes guerreros que luchan junto a la joven Athena (reencarnada en la humana Saori Kido) para proteger a la humanidad de las fuerzas del mal. Para ello, cada caballero utiliza su energía interior ligada al universo (“el cosmos”) y sus armaduras, todas ellas inspiradas en las constelaciones conocidas.

Por otro lado, resulta interesante el entrenamiento que debe hacer el protagonista para convertirse en “Caballero”; no es solo la fuerza física que debe ser entrenada o dominar un poder especial, sino que también es importante todo el universo afectivo-emocional; esas heridas de la infancia, que deben ser miradas con mimo porque, muchas veces, provocan vacíos en la identidad personal (hermoso el momento del armario y el niño). Pero, aunque se cuide la dimensión afectiva, muy propia de la época posmoderna que vivimos (donde hay un exceso de “emotivismo” y de “yoísmo”), se descuida la dimensión espiritual; pues, no se explica bien de dónde vienen “los poderes” ni si hay o no un orden divino más allá del planteamiento mitológico.

Desde un punto de vista técnico debemos celebrar los efectos especiales, que logran la espectacularidad y el entretenimiento. Lástima que no acompañe un buen concepto narrativo detrás, con un guion sólido y una perspectiva amplia, que fuera capaz de convertir esta entrega en el inicio de una saga memorable. A nivel interpretativo, la falta de consistencia parece afectar a todos los estamentos de la película, a pesar de contar con el notable Sean Bean y la imponente Famke Janssen, que es la única que tiene algo de transformación como personaje. Y, además, los antagonistas masculinos son bastante planos, no hay matices en su personalidad sino una construcción maniquea en donde parece que el malo solo sabe ser malo.

En definitiva, una adaptación fallida de un famoso y querido anime japonés, que no gustará a los fans más clásicos ni, quizás, tampoco a aquellos que entren atraídos por el género. Eso sí, no apta para los más pequeños por un exceso de violencia, con un claro estilo de videojuego. Ojalá en un futuro cercano podamos disfrutar de una adaptación nueva, que sepa acoger el cariño de tantas generaciones sobre esta serie.

Carlos Aguilera Albesa

https://www.youtube.com/watch?v=M_SBjSWBAs4