Crítica
Público recomendado: familiar
Aplaudimos la valiente propuesta de European Dreams Factory, que coincidiendo con la Eurocopa de fútbol 2024, nos trae la ópera de prima del holandés Camiel Schouwenaar, una cinta de valores como el trabajo en equipo, la aceptación, la amistad, la constancia, el espíritu de superación y la solidaridad, mostrando el deporte como una buena herramienta educativa y transformadora.
Dylan es un chico holandés de 13 años apasionado por el fútbol, deporte al que juega con sus amigos del colegio, y en el que ejerce el liderazgo de capitán del equipo, que entrena su padre. Dylan y su inseparable amigo Youssef se entusiasman con la idea de participar en el torneo de la Copa Touzani, una competición para chicos de su edad convocada por el famoso futbolista de Países Bajos, Soufiane Touzani, ídolo de Dylan. Pero la vida del joven cambiará repentinamente al sufrir un accidente en la calle, lo que le obligará a ir en silla de ruedas y abandonar el deporte de manera irreversible. Veremos si Dylan se conforma con esta condición.
“Mamá, ¿te gustaría papá si fuese en silla de ruedas?”. “Claro, cariño. Me enamoré de esa sonrisa y de sus fuertes brazos”. Dylan observa a su alrededor y reflexiona muy atento sobre su nuevo estado, que tanto le cuesta asimilar. El cariño de sus padres, la amistad que comparte con Youssef y con sus amigos, y la emoción de un nuevo amor harán que el joven encuentre la manera de aceptar su nueva condición y dar lo mejor de sí mismo.
La película está basada en la historia real del coguionista Job Tichelman, es una cinta sencilla, de 89 minutos, actual, directa y emotiva, muy recomendable para adolescentes y preadolescentes, que la disfrutarán ya sea con amigos o con la familia. Los actores protagonistas, los tres holandeses, Maik Cillekens (Dylan), Anouar Kasmi (Youssef) y Kailani Busker (Maya), se estrenan en el largometraje y como anécdota, la colaboración especial del antiguo jugador del HFC (Haarlem Jeugd) pasa por convertirse en un personaje imaginario para Dylan, absolutamente indispensable en el proceso que transformará al pequeño.
La delicadeza y el cuidado de las imágenes para evitar herir la sensibilidad del espectador no nos aleja del drama que atraviesa el protagonista, al contrario. En el suceso más impactante de la historia, el director utiliza el fuera de campo y una sugerente rotación de la cámara de 180 grados en la escena del accidente. Esta técnica la hemos visto recientemente en La quimera (Italia, 2023), cuarta película de ficción de Alice Rohrwacher, que consigue un efecto muy interesante para señalar la transcendencia del acontecimiento en el personaje y en la historia.
El filme se estrenó en el Festival de Zlin (Praga) de 2022 y ha tenido un amplio recorrido en festivales de cine: Giffoni, Gijón, Kiev, São Paulo, Bruselas, San Marino, Estocolmo, y ya ha logrado diez premios, entre ellos la mención especial del Jurado Ecuménico Internacional en el Zlín FF 2022 y el Premio Enfants Terribles al Mejor Largometraje (Premio del Público) de Gijón IFF 2022.
Rosa Díe
https://www.youtube.com/watch?v=hVTS5lkuOFc