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Captain fantastic

Caratula de "" () - Pantalla 90

Crítica:

Público recomendado: Adultos

Estoy seguro de que más de uno se ha colado en el cine a ver Captain Fantastic pensando que iba a ver una película de superhéroes.

Es más, estoy convencido de que el título no fue elegido al azar en este sentido. Más vale un espectador desorientado que uno menos y más aún en estos tiempos de floración superheroíca.

El film de Matt Ross causó sensación en Cannes y en Sundance, lo que nos debería poner en alerta. Cada vez, con más frecuencia, los festivales son estrategias de promoción bien diseñadas antes que reconocimientos a una labor sobresaliente. No quiero decir con esto que Captain Fantastic no sea merecedor de los elogios y hasta de los premios que ha recibido, únicamente apunto que no deberíamos recibir este tipo de películas como sistemáticamente buenas.

Captain Fantastic parte de una premisa muy similar a la de La costa de los mosquitos. En aquella soberbia película de Peter Weir, Harrison Ford era un padre de familia convencido de que se podía, no, mejor, que se debía vivir alejado de la civilización. Mantenerse lejos de todo lo socialmente aceptado y establecido parecía la mejor opción para criar y enseñar a tus hijos y sobre todo, la forma idónea de crear una auténtica familia apegada a la naturaleza y a los auténticos valores de la naturaleza.

En la película de Weir, Harrion Ford perdía los papeleas y terminaba como una inquietante regadera. En el film de Ross, el padre que interpreta Viggo Mortensen, al contrario de lo que se ha dicho por ahí, no va más allá, más bien se queda más acá. La moralina de Captain Fantastic, no por interesante, resulta menos previsible. Si en el film de Weir todo quedaba impregnado de cierta ambigüedad en la película de Ross lo roles y los valores quedan bien definidos. Los extremos nunca han sido una buena idea. Puede que la sociedad esté corrompida y que muchos se dejen, o nos dejemos llevar por el consumismo desaforado y los cánones que marcan los poderosos pero esto no implica que pretender evolucionar como individuo lejos de todo esto sea lo más adecuado.

Como digo, no es que Captain Fantastic sea mala película, más bien al contrario, aunque sí creo que ha sido un poco sobrevalorada. Sundance y si me apuran, incuso Cannes, hace tiempo que dejó de ser ese escaparate del cine outsider que no tenía cabida en las grandes distribuidoras. Hoy los festivales son los grandes distribuidores de películas que no aspiran a nada más y también de largometrajes que buscan un tipo de promoción diferente, algo más intelectualizada.

Captain Fantastic está muy bien, es interesante, da que pensar, es divertida y se pasa como un suspiro pero no es una obra maestra y a veces incluso, resulta un punto maniquea. Atentos con estas cosas.

 

 

 

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