Crítica
Público recomendado: Familiar
Todavía recuerdo con cariño el día en que vi: Los Cazafantasmas de Ivan Reitman, protagonizada por Bill Murray y Dan Aykroyd, que fue una de esas producciones que captaron la atención de niños, adolescentes y jóvenes de los 80. Esa película más o menos entretenida generó una secuela al poco tiempo sin más interés. Sin embargo, el éxito de series como Stranger things o Cobra Kai, así como el remake cinematográfico de IT han despertado el interés de varias productoras por revitalizar el género de los adolescentes con aire ochentero que, por el general, se está convirtiendo en una mina de oro siempre que se respeten a los originales. Por esa razón, la versión femenina de los Cazafantasmas no tuvo demasiado éxito y, en esta ocasión, se ha apostado por un valor seguro como Cazafantasmas: Más allá que forma parte de la versión original por lo que estamos ante la tercera parte que cierra el círculo, convirtiéndose esta saga en una trilogía.
El arranque es típicamente de Steven Spielberg, pues una madre soltera con dos hijos se traslada a un pueblecito de los Estados Unidos, donde se esconde el origen del mítico grupo de científicos, expertos en lo paranormal, que vivían en una antigua central de bomberos de Nueva York.
La dirección ha corrido a cargo de Jason Reitman, un cineasta que toma el relevo de su padre en la franquicia, lo que confirma nuestra teoría de que el enchufismo en el cine funciona. A este cineasta se le recuerda por buenas películas como Up in the air con George Clooney y Vera Farmiga y, muy especialmente, por Juno, una oscarizada película provida, protagonizada por Ellen Page, cuyo guion fue escrito por la stripper, Diablo Cody, aunque pueda sonar paradójico.
Esta producción sigue la línea de sus predecesoras en cuanto a que los guiños cinéfilos del pasado como el pastelito de nata se hacen presentes para contentar a los padres que llevarán a esta blanca producción a sus hijos en la que nos topamos con un actor de Stranger things haciendo de nieto de Dan Aykroyd, que forman parte de una atrevida pandilla de chavales que intentará salvar el mundo en una historia bastante bien lograda y entretenida en la que no hace falta haber visto las anteriores para disfrutar con esta “palomitera” película y nada más. El homenaje es tan claro que uno tiene la impresión de que uno está viendo no una película del año 2020, sino de la época en la que fue realizada esa historia, por lo que resulta demasiado predecible y similar, lo que defraudará a los que esperen alguna sorpresa.
Los valores relacionados con la amistad se hacen presentes junto a la fantasía. Por otra parte hay un homenaje a los abuelos y a esas personas que sacrifican su vida e incluso su felicidad por el bien común.