Crítica
Público recomendado: +18
Tras ganar el Goya al mejor cortometraje con Cerdita en 2019, Carlota Pereda debuta con su primer largometraje apostando fuerte por esta historia, una reflexión sobre el bullying llevada al extremo hasta límites insospechados… un salto al vacío a la ficción del terror en la España profunda: La matanza de la Vera.
A la vista está su buena acogida entre el público, tras su paso por el último Festival Internacional de Cine de San Sebastián, donde se exhibió fuera de concurso en la sección Zabaltegui que reúne las “joyas” de otros festivales. Y ya cuenta con dos premios: El Premio Méliès de Oro en la categoría de largometraje en el último Festival de Sitges, y el galardón al mejor largometraje de terror en el Fantastic Fest de Austin (Texas).
En clave de costumbrismo, humor negro y cine slasher, Pereda plantea un tema muy problemático entre nuestros jóvenes y experimenta con una fábula de terror para hacer pensar al espectador sobre cuál debería ser el comportamiento de Sara, la adolescente a la que maltratan sus compañeros. Pereda crea un cuento el que “los buenos” se convierten en malos. La protagonista será testigo de una serie de traumáticos sucesos, que irán emporándola poco a poco… Todo irá derivando en un juego de confusión e intercambios de culpas que la directora describe como “thriller moral”.
No solo la reflexión que Carlota Pereda lanza merece la pena, sino que ella y su equipo van mucho más allá con la técnica: un cuidadísimo guion con una caracterización genial de actores, de ambientación, de enclave, el lenguaje narrativo de la película (el ritmo, la manera de atrapar al espectador desde el principio), y la técnica (cómo está rodado, los planos detalle…). Amante del cine de terror, y enamorada de la filmografía de Alfred Hitchcock, Pereda deja la impronta de todas esas influencias en su primer metraje en largo y apunta maneras para las siguientes.
Hay que destacar la ambiciosa y magnífica interpretación de Laura Galán, que con 37 años encarna a una joven de 17, entregada en cuerpo y alma al proyecto, rodado en el verano de 2021 en Villanueva de la Vera (Cáceres). Además, podemos ver en el reparto algunas caras conocidas como Carmen Machi y Pilar Castro.
A pesar de tener una técnica brillante, he de advertir que es una película no apta para perdonas sensibles a la sangre, la violencia. Precisamente porque Pereda consigue desde el primer momento involucrar al público en la historia de Sara, se sufre mucho viendo la película. El sadismo, el deleite en la sangre, el macabrismo… A quienes no disfrutan con el terror, la vivirán como una tortura.