Crítica:

Público recomendado: Todos

Versión profundamente libre de la vida del dictador romano y la reina egipcia escrito por el premio Nobel George Bernard Shaw que la adaptó de su propia obra de teatro a los 89 años. El retrato psicológico de los personajes, sobre todo el concerniente a la relación entre César y Cleopatra, tiene algo de Pigmalion, tiene algo de formación, educación y casi adoctrinamiento que recuerda, y de qué manera, a la que es la obra cumbre de Shaw y por cuya adaptación, dicho sea de paso, ganó el Óscar en 1938. En este caso César transforma a Cleopatra de una melindrosa criatura ciertamente irritante, gritona y animada, en una aguerrida criatura, llena de fortaleza y determinación. Y en ese proceso se enamoran sin remedio. La veneración con que el pueblo llano adora a sus reyes y les considera dioses se aleja totalmente del concepto de Dios que restituye la llegada de Cristo.