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Cuñados

Caratula de "Cuñados" (2021) - Pantalla 90

Crítica

Público recomendado: +14

El cine en gallego se prodiga poco para abordar sus películas en el idioma de Rosalía de Castro y de otros próceres, hombres y mujeres, que llevaron su habla por el mundo, pero el director de cine Toño López (Auga Seca, Nada es para siempre, Matalobos…) ha puesto su granito de arena, junto con la productora gallega Portocabo, Televisión de Galicia (TVG) y la TVE, para subsanar en una pequeña parte esta situación secular con el filme Cuñados, comedia desternillante para pasar un buen rato de cine.

Eduardo (Miguel de Lira: A Esmorga, Los fenómenos, Somos gente honrada, Flores tristes…) y su cuñado Sabonis (Xosé A. Touriñán: Los amigos, Fariña, Antes de perder, Pequeñas coincidencias…) acaban de recibir una carta de la aseguradora de una residencia de ancianos que les demandan 250.000 euros por la venta de madera para el lugar, que no tenía la condición principal de ser ignífuga y que, por tanto, ardió hasta consumir el lugar de los mayores. Pero ambos cuñados no son los principales responsables de la deflagración, sino Alicia Zamora, una empresaria sin escrúpulos que les aseguró que todo estaba en orden y correcto cuando en modo alguna era así. Al enterarse, Eduardo y Sabonis deciden raptar al cuñado de Zamora, Modesto (Federico Pérez Rey: Encallados, Padre Casares, Los fenómenos…) y pedirle a esta el pago del rescate, pero Modesto les jura y perjura que su cuñada Alicia es tan delincuente que no les pagará ningún rescate por su persona. Ante esta situación, Eduardo y Sabonis no saben qué hacer, pero es Modesto quien les informa sobre un chanchullo en próximos días de su cuñada con un portugués que reportará a esta una gran cantidad de dinero y que será la ocasión para que los cuñados, ahora tres con Modesto, opten a robarle el dinero.

Cuñados es una comedia en muchos momentos entrañable por la variedad de situaciones expuestas. Su director Toño Ruiz ha dicho al respecto: “Cuñados es una comedia de casi criminales, alegre, alborotada y vitalista que basa su humor en hacer leña de las miserias humanas con un toque de ternura y compasión, y que tal vez nos sirva para ver nuestras propias miserias y torpezas con más sentido del humor”.

Sin pretensiones, pero con mucho donaire, este filme de 90 minutos de metraje es una buena ocasión para disfrutar de las peripecias de sus protagonistas, tanto de los cuñados, como de sus esposas respectivas, en un carrusel de situaciones histriónicas e hilarantes que siempre discurren por la senda de la naturalidad más sana y chispeante.

Al final, Sabonis, apasionado del baloncesto, que acoge este seudónimo porque fue admirador del jugador ruso que fuera del Real Madrid de basket, da con la solución para evitar que naufrague la empresa suya y de Eduardo, y lo hace con estilazo deportivo.

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