Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors

Cunningham

Caratula de "Cunningham" (2019) - Pantalla 90

Crítica

Público recomendado: +13

El pasado 16 de octubre llegaba a la cartelera de cine española el elegante documental biográfico alemán, Cunningham, escrito y dirigido por la directora de cine rusa de 47 años, Alla Kovgan, especializada en el género. Distribuye en cines Filmin. El largo narra la evolución artística del estadounidense Merce Cunningham (1909-2009), el icónico coreógrafo neoyorquino que se resistió a la vanguardia, haciendo especial hincapié en sus trabajos sobre danza moderna desarrollados entre los años 1942 y 1972.

Así las cosas, Alla Kovgan reúne para el estudio fílmico a la última generación de bailarines de la compañía de Cunningham para representar obras emblemáticas de su repertorio. Estas interpretaciones están entrelazadas con imágenes de archivo del propio artista, a lo que se suman testimonios del compositor y compañero de viaje John Cage, del pintor Robert Rauschenberg y de miembros de la Merce Cunningham Dance Company original, que soportaron años de rechazo por parte del público hasta que consiguieron conquistarlo.

Rodado de manera cronológica, Cunningham resulta un muy buen producto para los especializados en el baile y la danza más trasgresora y, por tanto, dirigido a un público muy determinado. Eso no quita que el filme elogie con sobriedad el denso e intenso trabajo del laureado bailarín -no se consideraba coreógrafo-, que despliega escenarios depurados de cualquier referencia complementaria, a veces incluso con minutos sin sonido, y así el espectador puede centrar su mirada en cada bailarín, en su aspecto estético y su composición plástica, que van articulando el amplio abanico creativo que sucede a las coreografías, todas ellas de una belleza abrumadora. En este sentido, ayuda mucho a disfrutar del trabajo el contraste entre las imágenes de archivo reales, donde se aprecian los bailes del propio Cunningham, y las muestras de los bailarines contemporáneos.

Esa fusión de la realizadora moscovita funciona muy bien, a lo que se añade la mezcla de formatos de pantalla y la alternancia, con criterio y rigor, del uso del color blanco y negro, así como de exteriores poco iluminados o interiores llenos de luz. O dicho de otro modo: Alla Kovgan no se queda sólo en poner en valor la obra de un excelente autor, sino que la sabe armar para que quien asista al cine a deleitarse con este impecable trabajo encuentre razones para sentirse integrado en el conjunto. Queda, pues, un emotivo homenaje a uno de los artistas que más trabajó por darle visibilidad y pronunciamiento a la danza moderna, muy propio para los que disfruten con el arte en su sentido más extenso, de total vigencia y universalidad acreditada.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad