Crítica
Público recomendado: +12
Cyrano es una nueva adaptación cinematográfica de la obra teatral francesa Cyrano de Bergerac (1897). Esta nueva versión, dirigida por Joe Wright (La hora más oscura, Expiación), está basada en el musical de Broadway de 2019 adaptado por Erica Schmidt. En la película, Schmidt es la guionista y también repite su protagonista y esposo, Peter Dinklage.
Cyrano es un soldado y talentoso poeta enamorado de Roxanne (Haley Bennett), una bella noble de su ciudad natal. Avergonzado por su estatus social y su diminuta estatura, el orgullo le impide al protagonista profesar su amor. A pesar de ello, cuando Roxanne se prenda de Christian (Kelvin Harrison Jr.), un atractivo militar con problemas para hablar de amor, Cyrano decide ayudarle, prestándole sus palabras para conquistarla.
La Roxanne de esta propuesta añade capas al personaje femenino, ella desea “algo más”, un amor que la llene espiritualmente. No obstante, a pesar de este intento de “empoderar” a Roxanne algo anacrónico, inevitablemente, esta sigue siendo una mujer superficial que se enamora de la belleza de Christian y no puede ver el alma de Cyrano hasta que es demasiado tarde.
Este drama musical, que incluye dosis de comedia, en ocasiones resulta exageradamente sentimental, y presenta un tercer acto muy duro. La canción de los soldados “Wherever I Fall”, que incluye un cameo de Glen Hansard (Once), es el punto culminante de los 123 min de cinta y lo cierto es que el resto de los números musicales, a excepción de “Overcome”, no son excesivamente destacables.
La mejor interpretación es la de Dinklage, creíble como virtuoso espadachín, como poeta y como un hombre profundamente inseguro, hasta el punto de odiarse a sí mismo. Un papel que no se diferencia demasiado del de Tyrion Lannister en Juego de Tronos.
A pesar de sus deslices, el film no se olvida de tratar temas esenciales como la inutilidad de la guerra y del orgullo, que se interpone en el camino del amor. El fallo de Cyrano no está en su imperfección física, sino en no confiar en que Roxanne sea capaz de verle como él la ve. Esa es la tragedia de esta historia, haber tenido delante el amor verdadero y haberse alejado de él buscándolo en lo superficial y efímero.