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Díaz: No limpiéis esta sangre

Díaz: No limpiéis esta sangre 

Público recomendado: Adultos

En julio de 2001, durante la Cumbre del G8 en Génova, ciertos movimientos sociales organizaron una “Contracumbre” y durante días protestaron y se manifestaron.  La escuela Díaz servía de alojamiento a periodistas y manifestantes. El día 21 de julio, la policía la asaltó. Lo ocurrido aquel día lo narra esta película que ha dirigido Daniele Vicari (1967), a quien ya conocemos por películas de cine de denuncia y protesta como El pasado es una tierra extranjera (2008).

La película recuerda el cine social de los años 70 y sus personajes algo planos cuya bondad o maldad se identifica por su posición social y su “compromiso”. Naturalmente, la policía es brutal y aparece deshumanizada (los cascos, los escudos, las defensas, el gas lacrimógeno) mientras los manifestantes y activistas de la Contracumbre son jóvenes, valientes, idealistas, pacíficos y víctimas de la brutalidad del Estado. El director presta poca importancia a la violencia que precedió la acción policial y a los casos en que grupos de manifestantes violentos –los llamados Black Block- cometieron estragos por toda la ciudad.

A raíz de los acontecimientos que narra la película, hubo condenas a responsables policiales y las organizaciones de derechos humanos denunciaron lo ocurrido. Vicari se centra en este aspecto de la historia, tal vez el más conocido pero también el más sencillo Por desgracia, a veces, el buen cine sale malparado de los compromisos con buenas causas. La condena de la violencia policial no necesitaba recurrir a las técnicas del cine de Pontecorvo (ya saben, el de La Batalla de Argel y el cine revolucionario).

La película, sin embargo, tiene cosas buenas. La tensión se mantiene y, como dice una gran viajera por China, se mastica la tragedia a medida que el director nos lleva de la mano hacia el ensañamiento policial que presenciaremos en el clímax del guion. Previsible pero efectivo. Las interpretaciones de Claudio Santamaria y Jennifer Ulrich están bien y por momentos encarnan a la perfección la imagen de los jóvenes comprometidos.

Si les apetece, vayan a verla pero sean prudentes en el juicio. Pasaron más cosas aquellos días. Hubo una violencia –la de algunos manifestantes- que en la película apenas aparece. Sin embargo, si les gusta el cine “militante” y de “denuncia”, esta película les encantará.

Ricardo Ruiz de la Serna

Ficha técnica:

(Italia-Rumanía-Francia, 2012)

Dirección: Daniele Vigari

Interpretación: Claudio Santamaria, Jennifer Ulrich

Duración: 127 min.

Género: Drama

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