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Dioses de Egipto

Caratula de "" () - Pantalla 90

Crítica:

Público recomendado: Jóvenes

Dioses de Egipto nació maldita antes de que nadie pudiera confirmar que era muy mala.Por alguna razón los amantes del género, los estudios y hasta los fans de su director se han pusieron de acuerdo para hundir una película antes de que pudiera defenderse en una sala de cine como todo hijo de vecino.

La película la dirige Alex Proyas, curiosamente un cineasta de ascendencia egipcia que se ganó el beneplácito de los amantes del género fundamentalmente con dos películas, El cuervo y muy especialmente Dark City, que sigue siendo una cinta a reivindicar. Proyas, que siempre ha demostrado moverse muy bien en contextos góticos, oscuros y siniestros se ha ido al otro extremo con Dioses de Egipto, una superproducción filmada a plena luz del día con dioses que parecen salidos de un comic de más de 140 millones de dólares.

Preñada hasta el delirio de efectos especiales en realidad, Dioses de Egipto es una aventura de corte clásico que mira con cierta nostalgia a títulos esenciales del género pero que no sabe cómo encuadrarlo en un contexto saturado de escenas generadas por ordenador y fondos a veces, asombrosamente deficientes.

El film, que no parte tanto de la historia del antiguo Egipto como de su estereotipo, se aleja premeditadamente de todo aspecto realista para zambullirse en una fantasía visualmente abrumadora pero dramáticamente vacía.

En Dioses de Egipto dos entidades divinas, o eso dicen ellos porque tienen  muy poco de celestial, se enfrentan entre ellas y una (Horus), se aísla en el destierro mientras la otra (Set), se regocija en su reinado. Un mortal, será quien empuje al primero a enfrentarse con el segundo para restaurar la paz y el equilibrio en Egipto.

Como digo el realismo es inexistente y las licencias históricas y fantásticas son, con diferencia, lo mejor de la película (atención con Ra, navegando sobre una Tierra plana flotando en el espacio en una especie de navío interestelar). Sin embargo uno no puede evitar tener la sensación de que se ha invertido mucho dinero y mucho esfuerzo para una propuesta que no dice ni aporta nada. Desde luego, no creo que Dioses de Egipto sea la peor película del año como se ha dicho por ahí pero sí que es un título desfasado y desorientado que no sabe muy bien donde fijar su ritmo y su sentido resultando un largometraje demasiado recargado para ser tan liviano y ligero.

Es por esto que arremeter contra Dioses de Egipto por no ser fiel a la historia o por tener algunos efectos especiales un tanto mejorables en el fondo me parece una pérdida de tiempo. La película de Proyas, es un entretenimiento perfecto para los más jóvenes de la casa con mucho ruido, violencia de sobremesa y monstruos atravesando la pantalla cada dos por tres. Eso sí, quizá, los que tengamos algunos años más hubiéramos preferido ver otra cosa.

 

 

 

 

 

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