Crítica

Público recomendado: +13

Bernadette Fox (Cate Blanchett) es una afamada arquitecta que vive en Seattle con su marido y su hija. A pesar de tener una excelente relación con su familia -de hecho se preparan para un viaje a la Antártida-, Bernadette se ha ido volviendo misántropa, insociable y agresiva con el mundo exterior, así como descuidada en su vida doméstica. Su marido cada vez está más convencido de que Bernadette necesita la ayuda de un psiquiatra. Pero ocurre algo que va a precipitar los acontecimientos en una inesperada dirección.

Esta comedia dramática es la adaptación de una novela de Maria Semple y está dirigida por uno de los directores más polifacéticos y característicos del cine posmoderno: Richard Linklater. Un director que le gusta experimentar con todo tipo de géneros y tonos, y que en esta ocasión vuelve a sorprendernos con una historia difícil de catalogar. La película no se ciñe a un tono determinado, lo que le ha granjeado numerosas críticas, pero se sostiene en pie gracias a la fuerza del tema -los trastornos de la personalidad- y a la arrolladora interpretación de Cate Blanchett.

La película plantea una cuestión muy espinosa: cómo discernir si lo que necesita una persona para superar sus taras psicológicas tiene que venir de un tratamiento médico o de un cambio en determinadas decisiones vitales. Pero el film también habla del apoyo incondicional de la familia, de la fe en uno mismo y de las segundas oportunidades. Fresca y entretenida, pero no inolvidable.