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Drácula: la leyenda jamás contada

Drácula: la leyenda jamás contada  regular

Público recomendado: Jóvenes

Aunque algo más sensata y menos delirante, en realidad, Drácula: la leyenda jamás contada, no se diferencia demasiado de Yo, Frankenstein. Ambas juegan en la misma división.

 

 

Las dos son películas con la vista puesta en monstruos clásicos de la literatura universal, ambas destrozan el potencial mítico de sus creaciones y ninguna de las dos pasará a la historia del cine por sus “originales” aproximaciones. Drácula: la leyenda jamás contada, es un ejemplo de libro de lo qué es y cómo debe ser una –mala- película de estudio. Sin un atisbo de originalidad, el largometraje está confeccionado como si de una hamburguesa se tratase lista para ser engullida masivamente y para copiarla y estirarla mientras el público pida más de lo mismo.

Drácula: la leyenda jamás contada es, vistos los resultados, en efecto, una historia que jamás deberían habernos contado. La ópera prima de Gary Shore arranca en la Transilvania de 1462, cuando el vaivoda (que no príncipe y muchísimo menos conde) Vlad III el Empalador (también conocido como Drácula) mantuvo a raya durante años al muy superior ejército del Imperio Otomano. La película de Shore nos presenta a Drácula entregándose a las tinieblas y accediendo a convertirse en un vampiro para proteger a su familia y a su pueblo. Precioso. El problema es la moral de parvulario en la que se mueve el film de Shore a costa de traicionar el original literario y de utilizar a su antojo la historia real del personaje. A cambio, Drácula: la leyenda jamás contada ha preferido volcarse en una historia terriblemente predecible que fluctúa entre la épica digital de El señor de los anillos y el medievo “conspiranoico” de Juego de tronos sin ofrecer nada nuevo ni en su forma ni en su contenido. De hecho, ni si quiera los efectos especiales hacen olvidar el aburrido metraje que no por –agradecidamente- corto resulta menos malo.

Sumamente influenciada por el desigual y extremadamente sobrevalorado Drácula de Francis Ford Coppola, la película de Shore prefiere centrarse en el prólogo de aquella especulando, con muy poca fortuna, qué le sucedió a este guerrero transilvano para convertirse en un vampiro. Los pocos minutos de la cinta de Coppola, aunque inexistentes en la novela original, le hacían, no obstante, mucha más justicia al personaje que los 92 minutos de metraje de Drácula: la leyenda jamás contada.

De esta forma, la película de David Shore es la propuesta perfecta para confundir al respetable que todavía no se haya leído la novela de Bram Stoker y que sigue pensando que “Drácula” va de un vampiro enamorado de Mina. También es un film ideal para un público que solo busque que lo zarandeen en la sala de cine y desde luego, Drácula: la leyenda jamás contada es la película ideal para no calentarse la cabeza más allá de saber dónde está ubicada nuestra butaca para salir después sin saber exactamente en qué se nos ha ido hora y media de vida.

Ramón Monedero

 

Ficha técnica:

Dracula. Untold

(Estados Unidos, 2014)

Dirección: Gary Shore

Interpretación: Luke Evans (Vlad), Sarah Gadon (Mirena), Dominic Cooper (Mehmed), Art Parkinson(Ingeras), Charles Dande (Maestro vampiro) y Diarmaid Murtagh (Dimitru).

Duración: 92 min.

Distribuidora: Universal Pictures International Spain

Género: Fantasía/Terror.

 

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