Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors

Eden. Lost in music

Caratula de "" () - Pantalla 90

Crítica:

Público recomendado: Adultos

Lost in music es un buen subtítulo para esta película, Eden, afectada de principio a fin, por un “gatillazo” de muy señor mío. Las películas musicales se aferran a un estilo, ya sea hip-hop, country, soul, rock…, y ya tengan formato documental, biopic, o ficción, y tratan de contar historias capaces de alcanzar un público más amplio que los seguidores de ese estilo musical. Eden no consigue, a mi juicio, dar este salto.

Paul es un estudiante universitario cualquiera, cada vez más subyugado con la música electrónica y que va abandonando todo para concentrarse en formar un dúo de DJs, Cheers. Si algo destacable tiene la película es que es un retrato fiel de un estilo de vida incapaz de construir nada a su alrededor: ni familia, ni relaciones durables; se vive, ni siquiera para el momento presente, se vive a la búsqueda de las sensaciones que se encuentran en las fiestas y pinchando en raves. El resto se desmorona, pero se huye hacia adelante, mientras el giradiscos siga funcionando. Estilo de vida muy actual, que no prejuzga ni a los djs ni a los fans de dicha música; es simplemente, la media aritmética de lo que vemos a cualquier nivel y en cualquier estrato social.

Salvo los muy emocionados del género de música electrónica, la película carece de fuerza.  Me han sorprendido los personajes, especialmente el protagonista. Frío, plano, no se hace nada simpático. El trabajo del Felix Givry es bueno, pero resulta un Paul que desagrada. Nos molesta su relación con las chicas, o con su madre… No hay compromiso, ni calidez alguna, solo establece relaciones líquidas, dando la sensación de que coexiste con sus parejas. Su cama es un elemento clave de la película; siempre en el suelo, casi siempre deshecha, donde pasan unas y otras… Pero ninguna rompe su extraño, y a veces incomprensible, caparazón; puede tener convivencias cortas o largas (more uxorio), pero casi le da igual. La grieta en la vida de este joven es mucho más profunda de lo que él está dispuesto a admitir. Por otra parte, todo esto podría tener su fuerza narrativa y su gancho, pero apenas hay tensión dramática, salvo algunas pinceladas en los últimos minutos, pero que no redimen al film.

Por otra parte, y esto es más extraño aún, no consigue ni siquiera transmitir la fuerza de la música electrónica. Por muchas razones, estamos ante un proyecto fallido. Pero claro, se trata, por supuesto, de una visión muy subjetiva del espectador; pues la directora y el escritor, supuestamente, han pretendido reflejar, también, parte del gancho que tiene la música electrónica. Me queda la duda de si esta música requiere meterse tantas rayascomo Paul y sus compinches para disfrutarla.

Quizá la pregunta que se pudiera hacer, hipotéticamente el protagonista es casi la misma que el espectador. Bueno, “y al final de todo esto ¿qué?” ¿Qué sentido tiene, qué sentido ha tenido todo esto? Desde luego aquí la directora ha escogido deliberadamente un cierre abierto, dejando al espectador mucha libertad para enjuiciar lo que ha visto, pero hay que reconocer que es difícil que lo haga, pues  trama, personajes y músicas, después de 131 minutos, apenas nos han rozado.

 

 

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad