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El artista del cristal

Crítica

Público recomendado: +7

Si hace un año pudimos disfrutar de la gran película de Wim Wenders Perfect Days, ambientada en Japón, en esta ocasión, un pakistaní como Husman Riaz le da el relevo porque es el autor de El artista del cristal. Este anime es un homenaje del citado cineasta a la obra de Hayao Miyazaki incluso transmite la impresión de superarla a mi juicio, por el mayor dinamismo que da a los personajes. El nivel de la animación en 2D es extraordinario. Como dato curioso, esta cinta ha sido producida por el español Manuel Cristóbal,  productor de la minimalista y célebre Arrugas de Paco Roca.

Esta producción ha sido una sorpresa en su país, puesto que es la primera vez que una cinta de animación de Pakistán ha sido seleccionada para representar a su país en la carrera por los Óscar. El homenaje al oscarizado Miyazaki es brillante como una piedra preciosa, pues incluso le imprime mayor sensación de movimiento, manteniendo unos grandes niveles de calidad. Los temas del japonés son mostrados con un toque de menor ideología por el realizador asiático, que destaca por la universalidad de esta obra. Además, la idea de inventar a un personaje como un soplador de vidrio le permite crear escenas de gran belleza por lo atractivo que resulta dicha profesión, detalle que favorece el empleo de un amplio abanico de colores con cierta neblina, cargada de realismo mágico.

El argumento gira en torno a un artesano del cristal que ha aprendido el oficio de su exigente padre. Este chico conocerá a la hija de un oficial del ejército que toca el violín. La historia de amor está muy bien trenzada con altibajos y ciertos giros argumentales para mantener la tensión amorosa, en la que ambos tendrán que limar sus diferencias para comprender qué le une realmente al otro.

La figura paterna está muy bien retratada en las dos familias. El primero es un valiente militar, apelando a la legítima defensa. Es buen educador y de firmes convicciones. Además, es muy querido y respetado por su familia, a la vez que sensible a las necesidades de su hija, pues reconoce el inigualable talento de ésta para la música. El  otro padre es un soplador de vidrio que, a pesar de su negatividad con respecto a la escolarización de su hijo, es capaz de reconocer sus errores; intenta ser un buen educador y demuestra su coherencia como pacifista, siendo cariñoso  y respetuoso en todo lo que se refiere a la felicidad de su hijo, aunque no siempre comparta sus planteamientos de vida.

No se pierdan por tanto este logradísimo homenaje a la animación japonesa que transmite la esperanza en tiempos de guerra y que trata los temas sociales con acierto, mostrando la injusticia de las desigualdades económicas que impiden algunos lograr su propósito en la vida.

Víctor Alvarado

Tráiler: https://www.youtube.com/watch?v=Z1wGubjZXy0

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