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El caballero oscuro. La leyenda renace.

El Caballero Oscuro. La Leyenda Renace

Público adecuado: Jóvenes, adultos. 

Llega la película más esperada del año, la conclusión de la trilogía sobre Batman que ha creado Christopher Nolan. El director inglés consigue el más difícil todavía, cerrando con una magistral lección de cine una saga en la que ha equilibrado de forma prodigiosa espectáculo comercial y cine de calidad. 

Han pasado ocho años desde los sucesos narrados en “El caballero oscuro”. Bruce Wayne ha colgado hace tiempo la capa de Batman y vive como un recluso en su mansión. Pero el mal resurge en la forma de Bane, un terrorista entrenado por R’as Al Ghul, el mismo hombre que formó a Wayne para ser Batman, y el caballero oscuro deberá responder al desafío. 

Cuando dentro de 30, 50 ó 100 años, alguien quiera estudiar el hombre y la sociedad de principios del siglo XXI, la saga del Caballero Oscuro será un importante referente. “Batman Begins” (2005) se gestó y estrenó cuando los efectos del 11-S aún se dejaban sentir en la sociedad americana y el resto del mundo, y Nolan convirtió el miedo (tanto personal como social) en el tema principal sobre el que giraba la historia. “El Caballero Oscuro” (2008) profundizaba aún más en el terror, poniendo en duda una sociedad que está dispuesta a renegar de sus principios con tal de sentirse segura.

Y ahora “El Caballero Oscuro. La Leyenda Renace” surge en un momento de gran dificultad y tensión social por la crisis económica, y Nolan no duda en reflejarlo en su película. Sin duda es un tema de fondo que va a causar polémica y herir susceptibilidades, pero el director inglés no se entretiene en debates estériles, y apunta a la falta de una base sólida de principios sobre la que construir la sociedad como origen de los males actuales.

Del mismo modo, el Comisario Gordon y Batman cimentaron, al final de la película anterior, una paz social en una mentira. Y en el universo de Nolan, las decisiones morales tienen consecuencias: Bruce Wayne ha perdido su contacto con el mundo, recluido en su propio dolor (con un bastón como símbolo de sus heridas interiores más que físicas), mientras a Gordon lo ha abandonado su familia. El mal que pretendieron esconder bajo tierra les ha terminado engullendo. El mal bajo capa de bien, uno de los más peligrosos. 

Cuando Bane comience una revolución en Gotham City (empezando, curiosamente, desde las cloacas) contra los ricos y poderosos, se aprovechará del descontento social para manipular a la población. Nolan no quiere con esto demonizar a los movimientos tipo 15-M, sino avisar de que en tiempos desesperados, la gente es manipulable. Pero la película también señala a la codicia de los ricos, a la corrupción y a las desigualdades como caldo de cultivo para que el mal campe a sus anchas.

Pero el héroe de Gotham tiene que redimirse para plantar cara a esta amenaza, y Nolan hace pasar a Batman por un auténtico infierno (literalmente así en la película), con Bane como torturador, “no del cuerpo, sino del alma”, como dice el propio villano.

Esta bajada a los infiernos, una purificación necesaria para el héroe y presente en muchos relatos clásicos, culmina con el ascenso (o renacimiento, como dice el título español) del Caballero Oscuro para intentar salvar a su ciudad. En ese proceso deberá volver la mirada hacia sus principios: hacia su padre, que le enseñó en “Batman Begins” que caemos para aprender a levantarnos. Del mismo modo, deberá volver a sentir el miedo (el miedo más primigenio, el miedo a la muerte) y volver a controlarlo.

La imagen de Wayne escalando por un largo túnel hacia la luz exterior se convierte en símbolo circular de la saga, al ser el reverso perfecto del plano presente en la primera película, en el que Bruce caía de pequeño a un pozo para descubrir su miedo. 

Y aunque la película tenga un tono dramático, oscuro, casi trágico, el mensaje final es una llamada a la esperanza, basada en el bien que hay en la gente, aunque hayan caído en sus vidas. Nolan desconfía de los revolucionarios para arreglar los problemas actuales (muchas secuencias remiten a los excesos de la Revolución Francesa), pero tampoco deja en buen lugar a los ciudadanos adormecidos que prefieren esconderse hasta que pase la tormenta. En lugar de ello, propone como camino el compromiso por el otro, el trabajo individual dentro de la comunidad, los ejemplos positivos, los héroes de la vida cotidiana. 

Y toda esta riqueza temática está contenida dentro de una película épica, espectacular, con un ritmo implacable, de una perfección técnica irreprochable, y repleta de momentos de gran emotividad. Las interpretaciones de todo el reparto rozan a gran altura, destacando un Christian Bale en pleno dominio del personaje que interpreta por tercera vez, y una Anne Hathaway que brilla como la siempre interesante Catwoman.

El guión funciona como un reloj de precisión, deparando un cierre de trilogía perfecto, que conseguirá emocionar a cualquiera que haya acompañado a Bruce Wayne en su viaje a través de estas tres grandes películas. 

Como dije hace 4 años en la crítica de “El caballero oscuro”, desechen todos sus prejuicios: no estamos ante una película de súper héroes de las tantas que se estrenan cada año. “El Caballero Oscuro. La Leyenda Renace” trasciende a su propio género. Estamos ante una pieza cinematográfica de primer nivel, un clásico que será largamente recordado y que explota en toda su dimensión el gran potencial dramático de unos personajes que llevan más de 70 años existiendo. 

Federico Alba.

 

Ficha técnica:

(The Dark Knight Rises, EE.UU., 2012)

Director: Christopher Nolan.

Intérpretes: Christian Bale, Anne Hathaway, Tom Hardy, Michael Caine, Gary Oldman, Morgan Freeman, Marion Cotillard.

Duración: 164 minutos.

Género: Thriller.

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