Crítica
Público recomendado: +16
En agosto de 1973, un extravagante delincuente protagonizó en la capital sueca un curioso atraco a un gran banco que daría lugar a la expresión que conocemos como el síndrome de Estocolmo, que lleva a una persona secuestrada a identificarse y empatizar con su captor. La película está escrita y dirigida por el canadiense Robert Budreau y protagonizada por Ethan Hawke. Director y actor ya trabajaron juntos en Born to Be Blue (2015), una historia que indaga en la vida del mítico trompetista americano Chet Baker y en la que también se desarrolla una complicada relación romántica.
El director se interesó por el atraco real leyendo un extenso artículo de Daniel Lane, publicado por The New Yorker en noviembre de 1974, bajo el título de The Bank Drama. Budreau ha comentado que hubo dos cosas que le llamaron poderosamente la atención de la historia: lo extraño del suceso y la riqueza de los personajes que participaron en él. Y con estos dos ingredientes, sin duda favorables para componer una buena historia, el director se embarcó en la adaptación y escritura del guion a partir del relato de Lane.
Una mujer joven, madre de dos niños, trabajadora en uno de los principales bancos de Estocolmo, el Sveriges Kreditbank, empatiza con el atracador que irrumpe en la sucursal y la retiene como rehén hasta el punto de llegar a enamorarse de él y defenderle frente a la policía y las autoridades civiles. El caso, sin duda, tiene un trasfondo misterioso digno de conocer y contar. Sin embargo, la película no pretende ninguna introspección profunda en la psicología y el comportamiento humano y prefiere apostar por el mero entretenimiento, el humor negro y un buen ritmo. Ya desde el comienzo apunta en esta dirección cuando en los primeros planos podemos leer: “basada en una historia absurda pero real”, rótulo que anuncia el peso que tendrán el desatino y la insensatez en el relato que se construye. A pesar de todo ello, la interpretación de Ethan Hawke y Noomi Rapace dan pinceladas interesantes, pero puntuales, de dos almas que se encuentran en extrañas circunstancias y conectan de una manera extraña, como vemos en la escena donde la mujer secuestrada pide a su marido que ponga pescado a los niños para cenar.
Estamos ante una tragicomedia absurda, con tintes de humor negro, buen ritmo y pocas pretensiones más allá del entretenimiento. Ethan Hawke no defrauda en su papel de histriónico y curioso atracador. La película no ha sido estrenada en España en sala, pero puede verse en la plataforma Filmin.