Crítica

Publico recomendado: +16

Ácida en su planteamiento y huraña en la relación entre sus protagonistas, el director y escritor David Marqués estrenará próximamente El club del paro. Conocido por Dioses y Perros (2014), Marqués también realizó En fuera de juego (2012) y la premiada trilogía rodada en Ibiza, Aislados (2005), Desechos (2010) y Cualquiera (2003). También fue el guionista de Campeones (2018), uno de los mayores éxitos de taquilla del cine español de los últimos años.

Cada día Fernando Alonso (Carlos Areces), Jesús (Fernando Tejero), Benavente (Adria Collado) “El negro” (Eric Francés) se pasan la mañana tomando cañas en un bar al tiempo que se lanzan pullas de todos los colores y estilos. De hecho, esto se hace más patente, cuando a cámara, cada uno de los ¿amigos? ataca al resto en un ejercicio donde la supuesta amistad brilla por su ausencia y se pone en entredicho al instante. Se supone que intentan arreglar el mundo con una caña de cerveza entre las manos, pero lo máximo que consiguen es ponerse los unos a los otros de vuelta y media. En este cuarteto, el más sopesado es Benavente, el único que tiene dos trabajos: el del periódico y el de ser talismán para su jefe (Antonio Resines), que siempre gana las partidas de cartas por la presencia de su subordinado. Por eso, Fernando, le pide a Benavente, que también trabaja en el periódico, que le deje ir a una de esas timbas, pero sale escaldado porque su jefe no ganó una sola partida con su presencia. Conclusión: le  despide fulminantemente de su puesto de redactor jefe de periódico El Relativo.

El filme se retroalimenta constantemente de las rencillas de los “amigos” en sus trifulcas de unos contra otros. Aunque hay algunos planteamientos hilarantes entre ellos, sus enfrentamientos se repiten inmisericordes entre ellos. El director, David Marqués, también guionista, propone unas relaciones descarnadas y beligerantes entre ellos pues critican y despotrican contra todo y contra todos. Ellos tienen algo en común, están en paro, menos uno.

Aunque Marqués propone su filme como una crítica acida y profunda sobre la sociedad, el filme no llega más allá de mostrarnos las desavenencias y ataques que se propinan los cuatro amigos de cañas.