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El concurso de piano

Crítica

Público recomendado: +18.

Después de la muerte de su padre (Kevin Janssens), Jennifer Rogiers (Taeke Nicolaï), de 23 años, viaja a Estados Unidos para estudiar en el prestigioso conservatorio de música Julliard de Nueva York. Jennifer lleva consigo en el viaje un secreto guardado durante gran parte de su vida que le atormentará para siempre y que saldrá a relucir con motivo de los días de preparación en la “chapel”.

Porque una vez que Jennifer se ha vuelto una pianista virtuosa, su madre (Ruth Becquart) la inscribe en la competición de piano Queen Elisabeth, con la intención de que su hija se convierta en la mejor pianista del planeta.

Para la preparación de su actuación final, Jennifer Rogiers pasará una semana encerrada en una capilla, junto con el resto de seleccionados, para aislarse del exterior. Aquí revive ese trauma de la infancia que se trajo de Bélgica tras la muerte de su padre. Para conseguir el premio, Rogiers, que es una dotada pianista con brillante futuro, deberá concentrarse para vencer a ese pasado irrecuperable y superar las exigentes expectativas impuestas por su madre.

La película de Dominique Deruddere, es un buen ejercicio sobre el retrato de la ansiedad causada por la presión que ejercen los demás sobre nosotros, sobre todo la que pueden llegar a imprimir los padres. La joven Jennifer es muy introvertida, le cuesta dejar que los demás se acerquen a ella y se muestra muy enfocada en su carrera de pianista, pero rara vez la vemos disfrutar de verdad.

Es muy perfeccionista, sufre, nada es suficiente a pesar de trabajar tan duro como puede y de tener verdadero talento, y sobre todo teme defraudar a su madre. El Concurso de Piano es una exploración sobre las consecuencias de querer cargar a alguien, especialmente a una niña pequeña, el sueño frustrado de un progenitor y arrancarle cualquier posibilidad de decisión, sacrificando sus propios deseos.

El Concurso de Piano opta por una narrativa en feedback, contando el presente y el pasado de Jennifer, mostrando a medida que avanza el metraje la razón de que en la actualidad tenga un carácter tan complejo, debido a su complicada infancia.

A través de planos cortos se consigue subrayar el agobio y ansiedad que experimenta y nos transmite Jennifer, con un relato que es trágico y realista a la vez. El espectador está en continua congoja hasta alcanzar el ritmo final desbocado del metraje.

La directora Deruddere plasma muy bien en pantalla cómo puede envenenarse una vida y todo el ecosistema familiar.

María Molina

https://www.dailymotion.com/video/x91iy3o

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