Crítica:
Público recomendado: Todos
Excelente western norteamericano que coquetea, plagia o se ve inevitablemente influido con los paradigmas del spaghetti western (personajes mugrosos, de pasado turbio, intenciones cuestionables, sin intenciones nobles etc). Lee Van Cleef, sin duda, se convirtió en la baza ganadora de este tipo de filmes, como le ocurriera, también paradójicamente a Clint Eastowood, y aquí conforma un papel extraordinario, mucho menos maquiavélico que los que habituaba a interpretar y desde luego mucho más empático. Es un western, como el que se barruntaba en los 70, lleno de pildoritas de humor que si bien en el western de John Ford fueron una ligera y hermosa constante, en el resto le quitaban rigor y solvencia. En los 70, sin embargo, estas tornas cambiaban y el western se aligeraba en temática y narración, con lo que se trató de captar a un público menos exigente que quería más aventuras ligeras que grandes obras. Es una película muy entretenida y fantásticamente llevada.