Crítica:
Público recomendado: a partir de 13 años
La mujer y la hija de un famoso periodista son asesinados en un atentado terrorista. Pero al ver que la política y la justicia no hacen suficiente para atrapar a los culpables, él decide buscar a los asesinos por su cuenta y tomarse la justicia por su mano.
Interesante thrille que, pese a su previsibilidad, tiene su baza más importante en la siempre impecable interpretación de Jeremy Irons en el papel de este desesperado esposo y padre de familia. Es entretenida.
VISIÓN DEL HOMBRE Y TRATAMIENTO DEL HECHO RELIGIOSO
Como en no pocas películas donde la venganza o el deseo de tomar la justicia por la mano nace como un sentimiento poderoso en el alma del protagonista, preso de resentimiento y de odio o de frustración e ira. En esta ocasión, el guion pretende generar una empatía en el espectador con respecto a las emociones del protagonista, víctima del sinsentido del terrorismo pero que no cree en la justicia ni el poder de las autoridades. En este sentido es manipuladora pero permite al espectador cuestionarse hasta qué punto es lícito este comportamiento.