Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors

El hombre de acero

El hombre de acero 

Público recomendado: Jóvenes 

Después del intento fallido de resucitar la saga de Superman en 2006 (con Superman Returns, de Bryan Singer), Warner encomendó un reinicio en las manos del hombre que sacó a Batman del olvido, Christopher Nolan. En esta ocasión, el cineasta inglés no ha dirigido, sino producido, pero también ha aportado su particular enfoque a la historia original, dejando la dirección en las manos de un artesano de la imagen como Zack Snyder. El resultado es un éxito sin paliativos. 

En el moribundo planeta Kypton, nace el primer niño por medios naturales en siglos (ofreciendo ya un aviso ecologista y contrario a la experimentación genética). Su padre lo envía a la Tierra para salvarlo del cataclismo, y allí crecerá, bajo el nombre de Clark Kent, con extraordinarios poderes, hasta que descubre quién es y debe decidir qué hacer con sus capacidades. Cuando un grupo de kryptonianos renegados ataque la Tierra, Clark deberá convertirse en Superman, el héroe que el mundo necesita.

Lo primero que hay que decir es que después de la lánguida Superman Returns, los autores se han asegurado de poner toda la carne en el asador para ofrecer una película de aventuras emocionante, llena de acción y efectos especiales. El dinámico estilo visual de Zack Snyder le va como anillo al dedo al potencial de un súper héroe cuyas posibilidades habían sido muy poco explotadas en cine. Por primera vez, vemos a Superman volar de una forma supersónica, con un poderío inédito hasta ahora.

Por otro lado, se ha reunido un reparto de primer nivel, en el que destacan el malvado General Zod  del siempre espléndido Michael Shannon, Russel Crowe como Jor-El, padre kryptoniano de Superman (papel heredado de Marlon Brando, nada menos) y Kevin Costner como su padre terráqueo. Pero todo ello sería en balde si no tuviéramos un Superman a la altura de las circunstancias. Y esa es una de las grandes noticias de El hombre de acero: Henry Cavill ofrece una estupenda interpretación, llena de encanto, carisma y matices, convirtiéndose así en el primer sucesor digno del añorado Christopher Reeve. Cuando aparece en pantalla, no hay duda: Cavill ES Superman.

La película tiene dos partes bien diferenciadas: una primera, que recuerda al Batman Begins de Nolan, en la que Clark Kent viaja por el mundo intentando encontrar pistas sobre su origen extraterrestre. Paralelamente, se nos cuenta en unos poéticos y emotivos flash-backs su infancia, cómo Clark creció sabiéndose diferente, teniendo que contenerse para no revelarse al mundo, cómo sufre cuando descubre la verdad sobre su origen. Con un tono cercano al cine de Terrence Malick, estas breves ilustraciones sobre el crecimiento del personaje ayudan a desarrollar una gran afinidad con el mismo.

En la segunda mitad de película, asistimos a una montaña rusa de acción y espectáculo.

El general Zod ataca la tierra con la intención de modificar su atmósfera para crear un nuevo Krypton, y Clark se verá obligado a tomar la decisión de usar sus poderes para ayudar al planeta en el que se ha criado, teniendo que enfrentarse a los de su propia especie.

Este dilema ofrece la posibilidad de que aparezca un tema siempre presente en el cine de Nolan: la identidad, qué nos hace ser lo que somos. Por un lado, nuestra herencia, nuestro pasado; por el otro, nuestros actos, nuestras decisiones. Es por ello especialmente hermosa la idea de que Superman es el primer kryptoniano con libre albedrío que nace en siglos, y lleva en sus genes el códice de todo el ADN de su raza: Krypton forma parte literalmente de su ser, pero finalmente no es eso lo que determina sus decisiones. También ha sido criado en la Tierra con unos valores (“un sentido moral que te hace débil”, como le recuerda uno de los villanos) que le guían por la vida. Pero finalmente deberá poner a prueba sus límites y tomar algunas difíciles decisiones, especialmente en un impactante final que pone al personaje en una situación que no se suele ver en el cine de súper héroes, confirmando que Superman vuelve a ser un personaje relevante.

No es el único tema interesante que trata la película: Superman es una figura con connotaciones religiosas. No en vano sus creadores, Jerry Siegel y Joe Schuster, que eran judíos, idearon su origen inspirándose en la historia de Moisés. En años posteriores, otros autores cristianos vieron las posibilidades que tenía el personaje de convertirse en una analogía de Cristo, algo que estaba ya presente de forma más o menos sutil tanto en la película de Richard Donner como en la de Bryan Singer. El hombre de acero da un paso más allá, ofreciendo referencias explícitas, que sin duda provocarán sarpullido a más de uno, pero que no hacen más que respetar la esencia del personaje a lo largo de sus 75 años de historia. En una secuencia que levantará polémica, Clark se planta en una iglesia y pide consejo a un sacerdote. El general Zod le exige que se entregue para salvar la Tierra, y Snyder sitúa al personaje frente a una cristalera que representa la agonía de Jesús en el Monte de los Olivos. En otro momento, el espíritu de su padre le encomienda la misión de salvar a “todos”, a toda la humanidad, y Superman adopta una pose en cruz antes de lanzarse hacia la aventura. Por cierto, la edad de Clark en la película es de 33 años.

La famosa S del uniforme del héroe se convierte en esta versión en un ideograma kryptoniano que significa “esperanza”. Snyder juega magistralmente con la luz como símbolo de esa esperanza. Otro tema importante es la fe: en la ya referida escena de la iglesia, Clark expresa sus dudas sobre la raza humana, y el sacerdote le ofrece una clave: antes de la confianza, hace falta un salto de fe. El mismo que el propio Superman pedirá a una humanidad herida, recelosa de un ser súper poderoso, a pesar de que afirme que viene a ayudar. El mismo salto de fe que le agradece a Lois, que ha creído en él desde el principio.

En la balanza de lo negativo, podríamos citar que el personaje de Lois Lane, a pesar de una interpretación más que correcta por parte de Amy Adams, se desinfla a lo largo del metraje, y en algunas secuencias llega a sobrar.

También se acusa un cierto exceso de acción en una secuencia en concreto, en la que Zod ataca Metropolis con un artefacto gigante, escena que recuerda demasiado a los clímax de películas como Transformers o Los Vengadores.

Son detalles, sin embargo, que no empañan en absoluto todo lo bueno que tiene esta magnífica película, que recupera a un personaje mítico del siglo XX, el padre de todos los súper héroes, que había pasado demasiado tiempo a la sombra de otros justicieros derivados de él mismo.

Federico Alba

 

Ficha técnica:

(Man of Steel, EE.UU., 2013)

Director: Zack Snyder.

Intérpretes: Henry Cavill, Amy Adams, Michael Shannon, Russell Crowe, Kevin Costner,Diane Lane.

Duración: 143 minutos.

Género: Aventuras, Ciencia-ficción.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad