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El irlandés

Caratula de "El irlandés" (2019) - Pantalla 90

Crítica

Público recomendado: +16

Netflix se ha convertido, a todos los efectos, en un estudio de producción con el mismo poder de iniciativa (o incluso más) que las tradicionales majors de Hollywood. El año pasado ya se hicieron un hueco entre las preferencias cinéfilas con Roma (Alfonso Cuarón), y este año repiten la jugada nada menos que con la última película del mítico director Martin Scorsese.

El irlandés cuenta la historia real de Frank Sheeran, un camionero que acaba trabajando de matón para la mafia, haciendo especial hincapié en su relación con el famoso líder sindical Jimmy Hoffa.

A veces sucede que una película se espera con tanta antelación, y los comentarios previos son tan positivos, que las expectativas pueden jugar en su contra. El irlandés es una buena película, no se puede decir lo contrario. Asistimos al habitual buen hacer de Scorsese detrás de la cámara, con secuencias donde exhibe su manejo del tempo, la composición y el movimiento. También podemos disfrutar de un reparto de lujo, con algunos de los actores más celebrados de las últimas décadas, destacando el regreso de Joe Pesci (que ya ganó un Oscar en 1990 por otra película de Scorsese, Uno de los nuestros) con un papel que tiene poco que ver con los verborreicos matones que solía interpretar. Todo ello aderezado con una gran reconstrucción de varias épocas y unos niveles de producción envidiables.

Y a pesar de todo ello, a esta película le falta algo. En primer lugar, la narración es demasiado dispersa. Scorsese no parece decidirse sobre el foco narrativo, y va saltando de unas tramas a otras (algunas de ellas sin demasiada relevancia en el conjunto) de forma algo aleatoria. Quizás el hecho de no estar limitado por el tiempo (siendo Netflix una plataforma de cine online) ha acabado perjudicando a una película en la que se echa de menos la eficacia narrativa de otras películas del autor. Sin duda las tres horas y media de película acaban pesando mucho, más por las deficiencias del ritmo y el guion que por la propia duración.

También podemos apuntar a una cierta falta de intensidad y profundidad en extensas secciones de la película. El personaje principal no deja de ser un personaje hasta cierto punto plano. Hay momentos en que parece que puede asomar algo de reflexión moral sobre sus actos (esos flash backs sobre sus experiencias en la guerra parecían apuntar a ello), e incluso un posible camino de redención que parece poco claro, pero se queda en pinceladas superficiales.

En definitiva, nos encontramos ante una película algo descompensada y narrativamente torpe, pero que sin duda tiene momentos brillantes y elementos de sobra para despertar el interés de cualquier amante del cine, y en particular del director Martin Scorsese, que a pesar de todo sigue siendo uno de los grandes nombres del cine americano desde los años 70 hasta la actualidad.

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