Crítica:
Público recomendado: adultos
Una mezcla curiosa de despotismo y zafiedad, por una parte, y de empatía y ternura soterrada, por otra, es la que cristaliza en la persona del protagonista de Jefe, la opera de prima de Sergio Barrejón, que cuenta entre sus actores principales con Luis Callejo, la hispano-colombiana Laura Acosta, el italiano Carlo D’Ursi y Josean Bengoextxea.
Violento, desinhibido para el sarcasmo y la burla, César (Luis Callejo: Hermanos, La propina, La herida…) es un jefe a quienes todos temen o adulan. Lo que en principio fue una empresa de éxito, ahora se revela que está en caída libre porque sus acciones se hunden, su mujer le echa de casa y sus socios le traicionan.
Acosado por todos los lados, decide permanecer día y noche en la oficina para recuperar el control de su negocio, para el que solo cuenta en principio con Javier (Josean Bengoextxea: Tabib, Ainhoa, Renovable…), su socio más fiel. A este se unirá Ariana (Juana Acosta: 7 años, Acantilado, A golpes, Juegos bajo la luna…), una de las limpiadoras de la oficina que trabaja por la noche, pero que, además, le gusta fisgonear los cajones de los empleados y aprovechar para llamar a su hijo a Colombia. Una de estas llamadas nocturnas, donde le habla cariñosamente a su hijo y le asegura que pronto irá a verle, tiene un curioso oyente no invitado, César.
La ternura de la limpiadora con su hijo enternecen hasta tal punto al zafio César, que le lleva a experimentar el cariño anhelado y no correspondido por su hijo adolescente. Este encuentro entre Ariana y César hacen que el impresentable directivo experimente una conexión afectuosa con la mujer que le lleva a respetarla y a tratarla bien. Y, además, a escuchar sus consejos sobre cómo llevar su empresa.
Es así que está amistad que va surgiendo entre ambos (aunque César intenta seducir a Ariana, esta le para los pies y él respeta esta decisión) es lo más sugerente de este filme, que rompe con los usos brutales de César cuando está con ella. Y solo en esos momentos nocturnos, pues durante el día el jefe sigue maltratando al personal.
Por esto resulta original el guion de Natxo López, Marta Sofía Martins, que han optado por proponer que es posible el cambio en las personas y, así, nos recuerdan que siempre hay espacio para la libertad y que uno se la juega o no cuando encuentra algo o alguien que le impacta.
En este sentido, es la secuencia genial cuando César, escondido debajo de la mesa, cambia el talante de observar lascivamente a Ariana, que desconoce que él está debajo, cuando habla por teléfono con su hijo, a reconocer el amor que le manifiesta al niño del que él carece y añora de su hijo adolescente.
En cuanto al trabajo actoral, perfecto Luis Callejo en el papel de jefe impresentable y faltón, de Juana Acosta, en su madurez afectuosa, y del elenco de intérpretes que representan papeles más estereotipados de esta comedia negra y primera incursión de Barrejón en el largometraje.