Crítica
Público recomendado: +12
En la actualidad, una joven violinista india, Kavita, es atropellada por un coche. En el hospital se entera de que está embarazada. En 1946, en el convento de Loreto, la Madre Teresa pide a las autoridades eclesiásticas que la dejen ir a Calcuta a trabajar por los pobres, pero no tiene contestación de las autoridades. El novio de Kavita tampoco parece escucharla, no coge sus llamadas desde que sabe que está embarazada y su contestador solo repite: “ya sabes qué hacer”. Pero ella está hecha un lío y en realidad no sabe qué hacer con la criatura que lleva dentro. Estas dos situaciones crean un relato con las historias paralelas de la Madre Teresa y la joven embarazada que tendrán un punto de conexión más adelante.
Después de dos años aceptan la proposición de la Madre Teresa para ir a Calcuta a servir a los pobres y fundar las misioneras de la caridad y conoceremos parte de la labor que lleva allí la madre. Finalmente, Kavita acude a una clínica sola, pero sale de allí precipitadamente al ver a una joven descompuesta tras su intervención.
La película está dirigida por Kamal Musale, guionista y director suizo-indio, que estudió cine en Inglaterra y es autor de numerosos cortometrajes y documentales que se han exhibido en festivales de cine por todo el mundo. Musale también ha sido director de fotografía de muchos de sus trabajos y se nota en la cuidada iluminación.
La historia es bonita, transmite una férrea defensa por la vida, pero a veces se nota el artificio que hay tras la cámara, la construcción del guion, las situaciones a veces encajan demasiado. Es patente que asistimos a una historia construida, bien construida, pero a ratos evidente, a veces tanto como una telenovela de calidad, con partes de la trama que siguen los cánones del estereotipo, como en la historia entre Kavita y el voluntario de Calcuta.
La madre Teresa, todo un reto interpretativo, está bien llevada, pero el físico de la actriz no ayuda. Que Jacqueline Fritschi-Cornaz mida 20 centímetros más que la persona real es un problema, pues el poderío de la madre Teresa también estaba en su estatura: que la fuerza reside en las cosas pequeñas era algo patente en su vida. Además, se echa de menos su maravillosa sonrisa.
La película también se adentra en esa noche oscura de la madre Teresa, una faceta de su vida menos conocida, y sus luchas quedan reflejadas en el consejo que le da su director espiritual: “aceptar la oscuridad dentro de su alma como si fuera una parte espiritual de ella, por muy doloroso que eso pueda resultar”.
Con todo resulta una buena película, un relato lleno de amor, de la fuerza espiritual y del optimismo de la Madre Teresa, a pesar de todos los problemas a los que se enfrentó. Ayuda al conjunto la originalidad de la trama de la joven Kavita que encuentra en Calcuta, entre las paredes de una de las casas de las misioneras de la caridad, la fuerza para seguir adelante con su vida.
Javier Figuero