Crítica

Público recomendado: +13

Brodie Torrance, piloto comercial con una amplia carrera ha quedado relegado a una aereolínea de segunda a miles de kilómetros de su hija, la última familia que le queda. Se dispone a celebrar con ella el año nuevo pero una tormenta desbarata todos sus planes. Un rayo deja al avión sin electricidad, sin comunicación y con pocos minutos de batería antes de empezar a caer en picado. El capitán Torrance tendrá entonces que aliarse con su copiloto Dele, su tripulación y los 14 pasajeros que están a su cargo. Consciente de que la vida de todos ellos está en sus manos, la confianza casi ciega entre los que hasta hace pocos minutos eran unos perfectos desconocidos se convertira en su salvavidas.

Minuto a minuto es el lema que se repiten constantemente Torrance y Dele, que descubren desde el principio que si tienen alguna posibilidad de salir con vida, se juega en esas pequeñas batallas que podrán ir ganando instante tras instante. Torrance asume su papel de líder , que no es solo el que toma las decisiones, sino que desde el primer momento se hace cargo de todos los que dependen de él. Un líder que es casi un padre, y que no duda incluso en arriesgar su vida para salvar a los otros. Y si Torrance se convierte en el perfecto líder es también porque su tripulación -Dele el primero- y sus pasajeros, aceptan fiarse de él y seguir paso a paso sus indicaciones.

Un aterrizaje de emergencia en el lugar equivocado, una isla del Pacífico en manos de milicias paramilitares filipinas, convierten al piloto en un francotirador y suma un plus de acción al filme. Ante el peligro cada pasajero muestra su verdadera cara: desde el asesino que se convierte en héroe hasta el influencer que decide inmortalizar en vídeo cada segundo en la isla por si se convierte en el último de su vida. En esa isla la historia cede el protagonismo a la acción, que desdibuja los personajes, especialmente los enemigos. Se echa de menos algo de contexto, incluso a nivel geopolítico, para entender mejor cuál es la lucha  que se desata allí y de qué tienen que huir. Así como el hilo de alguno de los personajes secundarios que queda igualmente interrumpido.

Interesante también la gestión de la crisis desde el otro lado, el puesto de mando: ¿ valen más los intereses económicos de la aerolínea o la vida de los pasajeros? ¿hasta qué punto se puede contar con “todo tipo de colaboradores” en una emergencia de este calibre?

En cualquier caso, el punto fuerte de la película es la acción y en ese sentido cumple con las expectativas, con un ritmo que no deja apartar los ojos de pantalla. Por eso mismo, verla en pantalla grande es imprescindible.

Elena Santamaría